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Trump anuncia que deportará hasta tres millones de inmigrantes con antecedentes

Trump anuncia que deportará hasta tres millones de inmigrantes con antecedentes

El presidente electo de EEUU, Donald Trump, aseguró hoy que deportará a los inmigrantes que tienen «antecedentes penales», una decisión que podrían afectar a entre uno y tres millones de personas.

Trump hizo estas declaraciones en una entrevista para el «programa 60 minutos» del canal CBS, programada para esta noche y cuyos fragmentos adelantó hoy la televisión.

«Lo que vamos a hacer es tomar a la gente que son criminales y que tienen antecedentes penales, pandilleros, traficantes de droga, probablemente dos millones, podrían ser incluso tres millones, y vamos a echarlos del país o vamos a encarcelarlos», indicó Trump en su primera aparición televisiva tras el triunfo electoral.

El presidente electo de EEUU, Donald Trump, hablará de sus planes para cambiar la reforma sanitaria del presidente, Barack Obama, y del «talento» del matrimonio Clinton en su primera aparición televisiva tras las elecciones, cuyos fragmentos adelantó el canal CBS.

En la entrevista con el programa «60 minutos», Trump dejó la puerta abierta a mantener algunas de las partes más importantes de la reforma sanitaria de Obama, conocida por sus detractores como «Obamacare» y que el magnate prometió eliminar durante la campaña electoral.

Como ya hizo en una entrevista con «The Wall Street Journal», Trump aseguró que se inclina por mantener dos partes de la reforma sanitaria: la provisión que obliga a asegurar a personas con enfermedades previas y la disposición que permite extender la cobertura sanitaria de un adulto a sus hijos hasta los 26 años.

Durante la entrevista, también habla del momento en el que su rival demócrata, Hillary Clinton, le llamó por teléfono en la noche de las elecciones para reconocer su derrota en la carrera por la Casa Blanca.

«Hillary me llamó y fue una llamada muy agradable y fue una llamada muy dura para ella, puedo imaginármelo. Más dura para ella de lo que habría sido para mí y para mí habría sido muy, muy difícil. Ella no podría haber sido más agradable», consideró Trump, quien alabó a Clinton por ser «muy fuerte y muy inteligente».

En este sentido, Trump elogió a los Clinton por ser una «familia con mucho talento» y no descartó acudir a ellos en algún momento de su presidencia en búsqueda de consejo.

El tono de Trump hacia los Clinton en la entrevista es muy diferente al que mostró durante la campaña, cuando llamó a Clinton «corrupta» y «mujer desagradable» llegando a prometer que la metería en la cárcel por el uso que hizo de servidores de correo privados para tratar asuntos oficiales cuando era secretaria de Estado.

Mientras se repiten las protestas contra su triunfo en varias ciudades de EEUU, Trump continúa manteniendo reuniones en la Trump Tower de Manhattan con vistas a la formación del Gobierno que le acompañará en la Casa Blanca, donde entrará por primera vez como presidente el próximo 20 de enero.

Kellyanne Conway, exportavoz de la campaña y asesora del nuevo equipo de transición, indicó hoy que es «inminente» y «llegará pronto» el nombramiento del jefe de Gabinete de la Casa Blanca, un cargo que equivale al de primer ministro en Europa.

Para este puesto suena como posibilidad Stephen Bannon, quien fue jefe de campaña de Trump, es director del portal de noticias de la derecha alternativa Briebart y miembro del equipo para la transferencia de poderes entre Trump y el Gobierno Obama.

A este puesto también podría optar el presidente del Comité Nacional Republicano, Rience Priebus, el principal aliado del presidente electo durante su accidentada campaña de primarias.

En los últimos días, Trump ha hablado por teléfono con su rival en las primarias, Jeb Bush, hijo y hermano de expresidentes, así como con el que fuera candidato presidencial republicano en 2012, Mitt Romney, ambos miembros de la elite del Partido Republicano que rechazaron al millonario durante la campaña.

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EL DUELO POR LA VICTORIA DE TRUMP

Lauren y Caroline no entran en Facebook desde que Donald Trump ganó las elecciones. Como millones de estadounidenses están en duelo y hablan de tragedia, de pérdida de un ser querido: el país que creían ser.

«Pensábamos que nuestra sociedad era cada vez más abierta y tolerante. Pero estas elecciones nos han mostrado un Estados Unidos xenófobo y sexista que muchos no reconocemos como nuestro», comenta Lauren, de 31 años, mientras se prepara para hacer senderismo con un grupo de amigas que también necesitan «olvidar».

Estas jóvenes no irán a las protestas contra Trump ni expresarán su rechazo en las redes sociales, no quieren «revivir la experiencia dramática», sino pasar el duelo y recuperarse cuanto antes para seguir luchando por los derechos que ahora ven en serio peligro.

«Algo ha muerto psicológicamente con estas elecciones. Una versión de Estados Unidos que es verdaderamente democrática, donde se busca la equidad y el multiculturalismo. Ese ideal ha sido destrozado. Nuestras aspiraciones han muerto con estas elecciones, al salir elegido un candidato que las rechaza», explica la psicoterapeuta Silvia Dutchevic.

Los pacientes que han acudido en los últimos días a su clínica de Nueva York han vivido la victoria de Trump «como una tragedia», sobre todo los que se sienten directamente amenazados por su Presidencia: «las personas de color, las mujeres, los homosexuales, los activistas, las víctimas de abusos sexuales», enumera.

«Estas elecciones han subrayado la conexión entre lo personal y lo político, de manera que ahora entendemos de una manera muy real cómo la política puede afectar y afecta a nuestras vidas, incluida la salud mental», apunta.

De Donald Trump asusta tanto lo que se sabe que quiere hacer, como revocar la reforma sanitaria o acabar con los alivios migratorios, como lo que no se sabe que va a hacer.

«Lo que ha muerto es un sentido de predecibilidad, un sentido de que las personas tiene un cierto control sobre su futuro. Temen lo que ocurrirá, de la sanidad a las relaciones internacionales», considera la psicóloga Karen Koenig.

En su ciudad, Sarasota (Florida), temían el enfado de los seguidores de Trump -que ganó en el condado- tras su derrota pero su reacción ante la victoria «da el mismo miedo»: se han reportado insultos y mensajes vejatorios contra las mujeres en espacios públicos.

En otros lugares del país se escuchan casos similares en estos días: musulmanes a los que les gritan que se vayan a su país o niños latinos que oyen en el patio cómo sus compañeros cantan «construyamos el muro», el grito de guerra de la campaña de Trump contra la inmigración mexicana.

«La gente está en duelo por la pérdida de lo que significa hacer lo correcto. El nuevo presidente ha atizado el odio, ha mentido y ha hecho todo lo que siempre se nos ha dicho que no se debe hacer», explica Kriss Kevorkian, experta en duelo de la Universidad Walden.

«Enseñamos a nuestros hijos -continúa- que deben actuar de una manera que es completamente opuesta al comportamiento del hombre que pronto será el presidente. Es una acumulación de pérdidas, de decencia, civismo, respeto, amabilidad, empatía y compasión».

El impacto emocional de la victoria de Trump en millones de estadounidenses va más allá de la esperable decepción o enfado por que haya ganado el partido que uno no votó.

«Yo no estoy así porque ganó un republicano, sino porque ganó él. Porque ganó una persona que va a destruir el trabajo de décadas por lograr un país más justo para todos», cuenta Caroline, que el miércoles no pudo contener las lágrimas al llegar a la oficina y ver que lo impensable era cierto: presidente electo Donald Trump.

El día después de las elecciones muchos trabajadores y estudiantes recibieron correos electrónicos de sus instituciones reafirmando su compromiso con la tolerancia, la inclusión y la libertad ante «el miedo» generado por la victoria de Trump.

«Ningún resultado electoral en la historia reciente de Estados Unidos ha generado los sentimientos de shock, ansiedad y decepción que millones de estadounidenses han expresado en los últimos días», explica Anthony Corrado, experto en Política Gubernamental en el Colby College de Maine.

En las universidades del país, que son junto a las grandes ciudades el epicentro de las protestas contra Trump, se han convocado grupos de orientación para procesar en comunidad el resultado electoral.

Otros, como Lauren, prefieren recuperarse por su cuenta. «He estado estudiando las fases del duelo y creo que ya he pasado el shock y el enfado y ahora estoy entrando en la depresión. Pero espero que de este golpe salgamos más fuertes y nos organicemos para evitar que Trump haga retroceder el reloj del progreso», zanja antes de pedir, por favor, cambiar de tema.

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1 Comentario

  1. Alatriste

    Encarcelar o deportar a sus países a los inmigrantes que delinquen parece algo razonable. Lo que no parece razonable es dejarlos en libertad y darles subvenciones.

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