- Por María García, profesora de Lengua Española
Título: El abanico de seda
Autor: See, Lisa
Editorial: Salamandra
ISBN: 978-84-9838-416-1
Comencé a leer esta novela con cierto reparo ya que confieso ser una absoluta desconocedora del mundo oriental en general, y de China en particular, y temía perderme entre conceptos extraños para mí.
Sin embargo, no solo he disfrutado de cada capítulo sino que, al terminar de leer el libro, he continuado buscando información sobre temas como los pies de loto, las “laotang”(almas gemelas) o el “nu-shu”(lenguaje secreto de las mujeres nobles chinas).
En esta autobiografía ficticia, Lirio Blanco, la narradora y protagonista, nos cuenta la historia de su vida una vez que todas las personas a las que ella ha amado, odiado o que, de un modo u otro, han influido en ella, han fallecido y ya no pueden ser ofendidas de ninguna manera al ser desvelados sus más íntimos secretos.
Si nos ciñéramos al argumento, esta no sería mucho más que una historia de una niña nacida en el seno de una familia noble no muy rica del siglo XIX, que se hermana con una muchacha de rango inferior, con la que forja una profunda e íntima relación de amistad. Posteriormente se casa, tiene varios hijos, es víctima accidentalmente de un golpe de Estado que termina con bien y tiene la suerte o la desgracia de llegar a la ancianidad viendo morir a la mayor parte de sus seres queridos. Desvelo todo esto porque soy muy consciente de que lo menos importante de esta novela es el argumento. De hecho, visto desde fuera, o a través de los ojos de un hombre de la época, la vida de la mujer china nunca iba mucho más allá de cuidar y servir a su marido o sus suegros y llevar su hogar del que rara vez salía.
Lo realmente interesante es lo que sucedía tras las cuatro paredes de la casa y el complicadísimo papel de la mujer china.
A la tierna edad de 6 años eran víctimas de una terrible tortura provocada por sus propias madres: la transformación de sus pies. Era tan esencial este proceso, que de él dependía tanto el prestigio familiar como el futuro matrimonio de las muchachas. Eso si tenían la fortuna de sobrevivir a las infecciones. Y, a pesar de ser tan contradictorio como habitual en el género humano, las jóvenes chinas, siendo víctimas de una terrible tortura, acababan, sin pestañear, infringiendo el mismo daño a sus futuras hijas.
Lirio Blanco explica sin escatimar en detalles todo este proceso, tanto el físico como el emocional, tratando de ser fiel como narradora a los sentimientos que experimentó siendo una niña y que transmite desde su vejez.
Resulta también muy interesante la relación que la protagonista establece con su laotang, Flor de Nieve. Su “otro yo” o su “alma gemela”. Una relación de amistad que se forja durante la niñez y que durará toda la vida. Es tan intensa y especial que ninguna de las dos mujeres llegarán a experimentar nada ni remotamente parecido con sus propios maridos.
Para comunicarse entre ellas, utilizan un abanico de seda en el que escriben sus mensajes secretos en un idioma igualmente secreto, el “nu-shu”. Este lenguaje era transmitido de madres a hijas y nunca descubierto, desvirtuado ni contaminado por los hombres.
Cada una de las experiencias narradas por Flor de Nieve nos muestra, al contrario de lo que pueda esperarse, que la vida aparentemente más insignificante y sin importancia puede encerrar los más impactantes y delicados secretos. Que una existencia en la sombra y con unas obligaciones, para muchos, superfluas puede ser en realidad la base fundamental sobre la que se sustenta toda una cultura. Que no hace falta una intensa y trepidante acción para sentirse completamente atrapado por una narración. Y, por último, que aquello que es juzgado como abominable, porque objetivamente lo es, encierra también toda una profunda y milenaria filosofía de vida que nos enseña a comprender, en la medida de lo posible, una cultura ancestral tan apasionante como absolutamente diferente a la nuestra.
