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OPINIÓN: Palabra de Davos

1 – Al plantear la estructura argumentativa de esta nota nos han entrado serias dudas sobre empezar justificando la necesidad de un cambio en el modelo productivo de bienes y servicios vigente en España, por otro en sintonía con los cambios científico-técnicos que cada día nos sorprenden, en definitiva, en sintonía con el conocimiento.

Aunque algunos valoramos tal cambio como necesario, nuestros dirigentes políticos, sindicales y empresariales se limitan a prometer el ponerse manos a la obra, pero la realidad es que, cada uno en su ámbito de responsabilidad, es incapaz de ir seriamente más allá de sus promesas (incumplidas).

Estamos convencidos que la inmensa mayoría de los lectores de esta nota también opinan favorablemente para que el necesario cambio de modelo productivo se produzca; por ello, nos abstenemos de justificar su necesidad.

2 – Si la premisa de partida es la necesidad del aludido cambio de modelo productivo en favor de otro vinculado a los cambios científico-técnicos que emergen día sí y día también, entonces no queda más remedio que atender a las previsiones del Foro Económico Mundial de Davos (FEM), formuladas a través de su Consejo de Tecnologías Emergentes (CTE).

Antes de continuar nuestra exposición, queremos aclarar que el FEM no es nuestra referencia en lo que concierne a sus diagnósticos y previsiones económicas y sociales; ello no nos impide estar atentos a lo que el FEM plantea; ya saben: para algunos, palabra de Davos es como palabra de (un) dios.

Dicho esto, el aludido CTE ha establecido las 10 tecnologías emergentes de 2016 (http://www3.weforum.org/docs/GAC16_Top10_Emerging_Technologies_2016_report.pdf); de ellas, las 4 que siguen vinculan las TIC con lo BIO.

* Ingenierías de sistemas metabólicos para la producción de productos químicos y naturales. Se trata de modificar genéticamente vías metabólicas para producir nuevos productos o hacerlo de manera mucho más eficiente.

* Optogenética. Mediante la introducción de genes de terceros en ciertas células, estas sintetizan proteínas sensibles a la luz, lo que permite estudiar mejor el funcionamiento de dichas células.

* Nanosensores para el internet de las nanocosas. En el campo de la Biología, los nanosensores permiten localizar proteínas producidas por tumores.

*Órganos en chips. Es posible evitar la experimentación con animales de nuevos fármacos gracias al desarrollo de minimáquinas que imitan con precisión órganos humanos y, por tanto, su respuesta fisiológica a los tratamientos a los que se someten.

3 – Si los derroteros de un modelo productivo basado en el conocimiento van a ser los que adelanta el CTE del FEM, es lícito preguntarse cómo afecta esta predicción, que ya tiene mucho de presente, en la formación de los futuros biólogos y en su ejercicio profesional.

Ciertamente, puede haber responsables del ámbito de la enseñanza universitaria de la Biología que consideren que en España va a seguir vigente el “que inventen ellos”, por lo que, será congruente con esta posición que dichas personas no planteen cambios en los planes de estudios de Biología, cambios que acerquen la formación de sus alumnos a la deseable realidad científico-técnica de los medios de producción de los países más desarrollados; en definitiva, pensarán que con lo actual, ya vamos tirando y no hace falta más.

También puede ocurrir que responsables del ámbito profesional de la Biología consideren que en España todo va a seguir igual, dado que fracasaron los gobiernos de Rodríguez Zapatero y de Rajoy Brey en sus intentos de cambiar el statu quo profesional y que también fracasará el futuro gobierno de España en este empeño, por lo que tampoco va a merecer la pena hacer esfuerzo alguno el pensar las nuevas fronteras del ejercicio de la profesión de Biólogo en España.

No obstante, ni unos ni otros deben confiarse, porque otros, hace años que se están moviendo, de tal manera que las fronteras formativas y profesionales, ahora aún difuminadas, van a volver a ser nítidas e infranqueables para los biólogos, como antes de los Reales Decretos 1.665/1991 y 693/1996.

Pere Camprubí i García, decano del Colegio Oficial de Biólogos y Antonio Palomeque Peinado, decano del Colegio Oficial de Biólogos de Extremadura

ARTÍCULO: La profesión de Biólogo en la era digital

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