El Tren de Alta Velocidad (AVE) hoy llamado Tren de Altas Prestaciones es una infraestructura que quiso construirse aprovechando la llegada de la linea de Alta Velocidad a Zaragoza y aprovechando la planificación de la llamada Y griega vasca de Alta Velocidad. La idea era que ya que la linea iba a pasar por Tudela, podía crearse un ramal secundario que enlazara con la capital de Navarra, Pamplona.
Desde el comienzo de la planificación de esta obra, los llamados hoy Bildutarras, que apoyan al Gobierno de Navarra actual de la presidenta Barcos, rechazaron esta infraestructura, al igual que lo habían hecho con otras en el pasado. Incluso apoyando, por omisión, el empleo de la violencia terrorista etarra en la llamada Autovía de Leizaran, Pantano de Itoiz o Canal de Navarra. Curiosamente, construidas estas infraestructuras no se han negado a utilizarlas, ni tampoco han negado el cobro por uso de alguna de ellas, tal y como así lo tenía planeado el Bildu guipuzcoano.
El retraso del proyecto del AVE navarro, efectivamente, se esta debiendo a problemas de financiación del gobierno central, que desde hace ya algunos años tiene paralizada la inversión prometida para su construcción. Y que se sepa, hasta la fecha, pocas o nulas han sido las gestiones realizadas por este gobierno para revitalizar este proyecto. Suele decirse que cuando no se cree en algo, poco o nada se hace para llevarlo a “buen puerto”. Además, justificarse con lo sucedido en anteriores gobiernos no parece que sea la menor medida.
La tan “cacareada” autonomía foral navarra tiene que ser el instrumento para agilizar este tipo de obras si, obviamente, se cree en ellas, cosa que, a día de hoy, no parece sea la idea del actual gobierno navarro. Como siempre los ciudadanos lo paganos de todo.
