Proclamación de Felipe V como Rey de España en el Palacio de Versalles (Francia) el 16 de noviembre de 1700. Pintura de François Gérard.
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Tal día como hoy el 13 de agosto de 1713, Felipe V es reconocido como rey de España tras firmar con Saboya la paz durante la Guerra de Sucesión Española (1701-1713).
Es en 1713 cuando finaliza la Guerra de sucesión española, iniciada en 1701. El siglo XVIII en Europa, España habiendo perdido parte de los países del Imperio donde no se ponía el sol, todavía era una potencia de primera fina, Francia, por su parte, con el Rey Sol, Felipe XIV, es protagonista por su esplendor político y territorial.
Todo arranca en España cuando muere sin descendencia Carlos II de España, hijo de Felipe IV de la dinastía de los Habsburgo, y nombra sucesor a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV. Felipe de Anjou es coronado, por tanto, con el título de Felipe V.
Acababa así la dinastía de los Habsburgo y llega al trono español la dinastía de los Borbones.
Dada la importancia política y de poder que significaba para Europa y el mundo, se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo Rey y apoyaba al pretendiente el Archiduque Carlos de Habsburgo por el miedo de muchas potencias europeas a una unión dinástica entre Francia y España. Así, las diversas potencias europeas se posicionaron ante el conflicto sucesorio español estallando la guerra civil y europea.
El conflicto dinástico se convirtió, pues, en una guerra internacional que decidiría para siempre los destinos de toda Europa. Además, marcó el punto final para España como potencia hegemónica en Europa, convirtiéndose a partir de entonces en una potencia de segunda fila.
Dentro de España el conflicto sucesorio se convirtió en una verdadera Guerra Civil entre la Corona de Castilla (dentro de la cual estaba Navarra tras su incorporación en 1512) y la Corona de Aragón (especialmente Cataluña). Hasta el punto de que aragoneses y catalanes perdieron sus fueros, tras su apoyo a los Habsburgo, quienes perdieron la Guerra de Sucesión.
A pesar de ello, según los Anales de Cataluña (publicados en 1709) de Narciso Feliu de la Peña (1646 (?)- 1712) polifacético abogado e historiador, en su apoyo, al igual que los catalanes, al Archiduque Carlos de Habsburgo, pretendiente al trono de España, escribió que sus partidarios obraban “en servicio de su rey y de toda la Monarquía Española”.
El Archiduque Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Imperio alemán y se desinteresó de su aspiración a reinar en España.
El ascenso al trono español de Felipe V, de la dinastía Borbón, representaba la hegemonía francesa y la temida unión de España y Francia bajo un mismo monarca. Por lo que Inglaterra y Holanda pasaron a apoyar al candidato austriaco, sustentado por los Habsburgo de Viena.
La guerra terminó con el triunfo de Felipe V, quien un 13 de agosto es reconocido Rey de España tras firmar la paz de la Guerra de Sucesión con Saboya en el Tratado de Utrecht.
Así la guerra concluye con la firma del Tratado de Utrecht en 1713 que detalló que Felipe V era reconocido por las potencias europeas como Rey de España renunciando a cualquier posible derecho a la corona francesa; que España cedía los Países Bajos, Nápoles, Milán y Cerdeña) a Austria, Sicilia al reino de Saboya y a Inglaterra Gibraltar, Menorca, el navío de permiso (derecho limitado a comerciar con las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos en las Indias). Por su parte, Francia cede zonas de Canadá a Gran Bretaña y consigue Landau in der Pfalz y Barcelonette.
En resumen, tras la Guerra de Sucesión española la dinastía Borbón llega a España un 13 de agosto de 1713, en la figura del Rey Felipe V y Gran Bretaña se convierte en la potencia hegemónica de Europa en detrimento de Francia y España y adquiere el derecho de asiento. Y es el inicio de la decadencia de la monarquía francesa.
