Los tratados de Roma de 1957 crearon la Comunidad Económica Europea (CEE). Basaron su principio de acción, en la libre circulación de personas, de mercancías y capitales entre los estados miembros. Curiosamente los seis primeros países, RFA, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Italia y Francia tenían fronteras comunes. Y curiosamente, a Reino Unido se le invito a formar parte y entonces también dijo no. No entraría hasta 1973.
Hoy somos 27 países y tenemos todo tan interconectado que lo que pasa en uno de ellos, afecta a todos los demás.
Por eso, que un país salga de la Unión Europea (UE) resulta tan grave o, eso es lo que se cuenta.
Reino Unido no tiene el euro, algo importantísimo para evitar desajustes; disfruta de un estatus especial dentro de la UE, por lo que simplemente con eliminarlo seria suficiente; además, son dos los años lo que puede durar su desconexión, tiempo, por tanto, suficiente para evitar problemas.
Otra cosa son aquellos que tienen inversiones en Reino Unido, que al depreciarse la libra y desaparecer los protocolos de actuación para los intercambios comerciales entre países miembros y, ser sustituidos, por otros más prolijos y complicados, las transacciones e inversiones sean mas difíciles.
Europa tiene las condiciones necesarias para sobrevivir. Su camino esta claro, «la unión hace la fuerza», nadie es más que nadie. Quizás de ahí haya venido el problema. El tiempo lo dirá.