Poco conocido por el gran público, aunque en su época fue un fenómeno comercial, el pintor Luis de Morales (1510-1586) es el protagonista de la exposición «El divino Morales», que se inaugura en el MNAC, donde a través de 54 obras se podrá descubrir su especial espiritualidad y su exquisita técnica.
La muestra, que ya se ha visto en el Museo del Prado y en el Museo de Bellas Artes de Bilbao con piezas procedentes de diferentes museos, colecciones privadas e instituciones religiosas, pone el foco en un artista considerado como uno de los más originales del Renacimiento español,que fue famoso por sus pequeñas tablas de temática religiosa.
En esta exposición, comisariada por la jefa del departamento de Pintura Española del Renacimiento del Prado, Leticia Ruiz, se incluyen dos obras que no se vieron ni en Madrid ni en Bilbao, el «Cristo con la cruz a cuestas» y «Ecce Homo», que son propiedad del MNAC.
El director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, ha resaltado hoy, como ha hecho el director del MNAC, Pepe Serra, la «colaboración ejemplar» entre las tres instituciones, y ha advertido de que en este proyecto «no se ha querido exhumar el cadáver del artista, sino encontrar su originalidad, su calidad, y su singularidad».
Por su parte, Leticia Ruiz ha reivindicado a De Morales, presente en instituciones museísticas de todo el mundo, como el Metropolitan de Nueva York, a pesar de que sobre él pesen «un montón de tópicos», como que sea conocido en ocasiones por «derivaciones espantosas», o de que sus imágenes religiosas puedan quedar lejanas para el público del siglo XXI.
Sin embargo, ha subrayado que se trata de un pintor «contenido, que nos descubre una espiritualidad y una religiosidad muy especial, con una técnica exquisita, que requiere ser mirado de cerca y con mucha calma».
Ha hablado del cuidado con el que trabajaba sus obras, la técnica que empleaba de «machacar vidrio» con pigmentos para ofrecer unas transparencias únicas, o de sus «delicados iconos, de una melancólica belleza».
Asimismo, ha querido incidir en cómo sus figuras reflejan la «verdad, el dolor, la ternura, la culpa o el arrepentimiento».
Para la exposición ha optado por incluir sus creaciones más representativas, en su doble faceta de creador de tablas devocionales y maestro de retablos.
A lo largo del recorrido, hay piezas de pequeño formato y medias figuras en las que tanto se refleja la Virgen con el Niño -destaca la «Virgen de la leche», del Museo del Prado- como cristos coronados de espinas o cargando la cruz, como el «Cristo con la cruz a cuestas», de la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción de Osuna.
También hay varias obras de Cristo en brazos de su madre, como «La piedad», del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Además, se incluyen la veintena de obras del artista propiedad del Museo del Prado, como «El nacimiento de la virgen», «La virgen de la leche», «La Resurrección», «El Calvario» o «La virgen con el Niño y san Juanito».
La comisaria ha desvelado que el lienzo con el que se da la bienvenida a la exposición, «La Virgen del pajarito», se ha podido ver fuera de Madrid gracias a la intervención del ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo.
La muestra incluye una escultura de Alonso Berruguete, del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, que tiene cierta concomitancia con la obra de Morales, especialmente por la espiritualidad que desprende y porque en la obra del artista extremeño -aunque no se conoce con exactitud ni el lugar ni su fecha de nacimiento- se aprecian valores escultóricos.
La exposición, que ha tenido un coste de unos 280.000 euros, se podrá visitar en el MNAC hasta el próximo 25 de septiembre. EFE
