Una muletilla suele ser la terminación graciosa y sarcástica que se hace de una frase. También y en este caso en plural, los muletillas eran o son, aquellos que «saltaban» al coso de una plaza de toros, en plena faena turística, para pretender dar unos pases al toro, con el fin de que se fijaran en ellos y con ello tener una oportunidad de «triunfar».
Los líderes políticos de ahora en este país, pudieran parecer muletillas en espera de que alguien se fije en ellos y les dé una oportunidad. Pase tras pase, intentan gustar, atraer al público, hacerlo suyo, para tener la oportunidad de «tomar la alternativa» ante una estrella del toreo venida a menos y ocupar los primeros puestos del escalafón.
Los líderes políticos de este país pudieran parecer humoristas llenos de muletillas con las que hacer gracia a su público y con ello triunfar.
Muletillas y muletas, no se sabe el que, pero aquellos que pueden tener la oportunidad de gobernar este país, son quienes deben presentar propuestas atractivas y creíbles a los ciudadanos. Echar en cara constantemente al contrario lo que no ha hecho, no parece suficiente en los momentos actuales. El esfuerzo y sacrificio que se exigía a las muletillas para triunfar o la gracia lingüística de las muletillas, son aspectos a tener en cuenta por los políticos. Los indecisos, los que no quieren votar a nadie, van a ser vitales en estas elecciones. Hacia ahí deben ir los pases (propuestas) de nuestros políticos. El éxito está en juego.