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El Grupo Municipal Socialista en su valoración de un año de gestión del Alcalde Asirón y el cuatripartito, ha instado “a que salgan de los despachos y bajen a la realidad de la calle para comprobar que todas las mejoras que afirman ahora en Pamplona, no se corresponden a la verdadera situación
La portavoz municipal de Pamplona, Maite Esporrín, ha expresado su «decepción y asombro por la ausencia de autocrítica real y autobombo utilizado por Asiron y su equipo». Y ha pedido que no utilice su inexperiencia para ocultar acciones tan polémicas como el caos ocasionado en las escuelas infantiles, u otras cuestiones tan éticamente reprobables como no hacer la etilometría a la concejala Beloqui cuando sufrió el accidente, o la no dimisión de la concejala Berro al participar en la votación por la que se le adjudicó a su hermana un servicio. “En política no vale todo”, ha matizado Esporrín.
Esporrín ha achacado que el cuatripartito se ha mostrado «incompetente» para resolver el «asentamiento chabolista de Santa Mª La Real, e incapaz a la hora de defender las escuelas taller municipales frente a los recortes del Gobierno de Navarra».
Así mismo, el Grupo Municipal Socialista está preocupado por las «oportunidades» que el cuatripartito está dejando perder para la ciudad y por sus efectos en términos de desarrollo económico y social con su empecinamiento contra el TAP o tren de alta velocidad, la paralización del ascensor de Mendillorri, el proyecto que compromete el futuro uso cultural de la antigua estación de autobuses o la inacción manifiesta en la ausencia financiación y medidas concretas para afrontar los desequilibrios urbanísticos y sociales entre los barrios.
Ha acusado a Bildu de falta de transparencia y de «reducir a uno los dos plenos al mes que se celebraban históricamente en el Ayuntamiento de Pamplona».
Igualmente, ha acusado a Asirón de «ceder el chalet de Caparroso de premio al colectivo a okupas de la calle compañía, o hacer un edificio en el barrio de Mendillorri para jóvenes, o llevan a cabo una participación totalmente viciada, como la que ocurre con el edificio de Redin y Cruzat dirigido por un grupo motor al que nadie ha elegido, por poner algunos ejemplos».
Según Esporrín, “este Gobierno ha pasado el tiempo haciendo estudios y proyectos, incrementando plantilla, eso sí, con perfil lingüístico, pero sin aumentar los servicios prestados a la ciudadanía, aunque si el gasto del Ayuntamiento”.
