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Silva rescata del olvido de la literatura española las misiones en exterior

Logroño/Zaragoza, 1 jun (EFE).- La literatura ha sido negligente con las misiones en el exterior y las ha relegado al olvido. Pero Lorenzo Silva las ha rescatado en una nueva investigación de los agentes de la UCO Bevilacqua y Chamorro, ambientada esta vez en Afganistán para resolver el asesinato de un militar español.

Y para ello Silva se «empotró» en el verano de 2014 en la base española de Camp Arena en Herat, en una experiencia que le sirvió para escribir la nueva novela de la saga de los dos guardias civiles y sacarlos de España por primera vez, en esta ocasión en su condición de Policía Militar del instituto armado.

«Donde los escorpiones» (Ediciones Destino) acaba de salir a la luz y dada a conocer en un guiño que el autor ha querido hacer a dos unidades, el Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil en Logroño y el Ala 31 del Ejército del Aire en Zaragoza, a las que ha visitado para agradecerles su indirecta contribución a esta nueva novela negra.

A Silva, según reconoce en una conversación con periodistas, le ha cambiado su visión de muchas cosas tras la «extraordinaria experiencia» de su viaje, que le ha «reajustado un poco» su escala de valores, «el aprecio o la falta de aprecio que tienes por ciertas cosas», dice.

«Pastoreado» por los guardias y militares de la misión, Silva tuvo la oportunidad de hablar con mucha gente y vivir una experiencia que le ha ayudado a «situarse» respecto a «su propia vida», que también le cambia al subteniente Bevilacqua, a quien como a su creador le marcó el duro paisaje, los escorpiones, las temperaturas extremas, los bombardeos, la luna llena…

Silva ha retratado a lo largo de 21 años y ocho novelas de la saga (la ahora publicada es la novena) la sociedad contemporánea española. Pero se dio cuenta que en ese retrato faltaba algo: la participación española en misiones exteriores.

Decidió rescatarlas del olvido. No solo porque por ellas han pasado miles de militares y guardias, sino porque lo que pasa en Afganistán «forma parte de nuestra vida».

Gráficamente, Silva comenta: «Es probable que la heroína que se pica un yonqui en la Cañada Real -el poblado madrileño conocido como el supermercado de la droga y donde empieza la novela- provenga de las amapolas que se cultivan en Afganistán».

Tiene dudas el escritor de cómo se ha concebido la invasión de Afganistán, ya que si bien era necesario neutralizar a los talibán y arrebatarles el Estado, «aspirar a darle tu (los países occidentales) forma…» tampoco le convence. «La intervención debería ser la mínima posible en cada momento», apostilla.

La propia constitución del país, con distintas tribus, culturas y etnias, su falta de cohesión, de infraestructuras, sus zonas inaccesibles en las que la OTAN ha tenido que combatir «como en la Edad Media», cuerpo a cuerpo, lo dificulta todo, pero lo que está claro, a juicio del escritor, es que ese país «no funciona con un director exterior». «Todos se han ido trasquilados».

Bevilacqua y Chamorro, acompañados de otros dos agentes, son testigos de todo esto cuando acuden a ese país a resolver el asesinato con un «lohar» (una hoz para segar amapolas) de un militar español.

Allí, en la base española, comprueban cómo conviven militares y guardias, y también cómo el papel de la mujer en las Fuerzas Armadas españolas toma relevancia a una «velocidad espectacular».

Como en sus otras novelas de la saga, Silva hilvana una narración que engancha al lector y en la que se deja ver una investigación del caso más «artesanal» y con menos posibilidades de uso de medios tecnológicos, en consonancia con la situación del país que lo acoge.

Aunque el sabueso Bevilacqua da muestras de un estado físico no ya tan bueno, su creador aún no sabe si lo pasará a la «reserva» o hará uso de la posibilidad que ofrece la Guardia Civil de «segunda actividad». «Veré hasta dónde puedo forzarle y si merece la pena, pero no más. A esto le queda lo que le queda», asegura el autor.

Tampoco desvela si el hijo del protagonista podría sustituirle. De momento, lo deja en una conversación en esta nueva novela donde el unigénito de Bevilacqua le comenta a su padre la posibilidad de presentarse a las pruebas para Guardia Civil. Éste intenta disuadirle, pero Silva reconoce que hay «contra-argumentos» que podrían imponerse. O no. Quizá en la próxima novela se desvele.

Nuevos proyectos, en todo caso. Uno de ellos, ya avanzado, es la adaptación al cine de su novela «La niebla y la doncella», la tercera de la saga que va a producir Tornasol con Antena 3 y cuyo rodaje empezará en agosto. EFE

Sagrario Ortega.

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