En las pasadas elecciones generales de diciembre, la presidenta andaluza, rival «a la sombra» del señor Sánchez, reivindicando su valor como voz autorizada del PSOE, hablaba de que sin Andalucía, el partido socialista no era nada.
Y efectivamente no se equivocaba en su afirmación. El gran caladero de votos socialistas es esta comunidad. Se ha convertido en el granero del socialismo español.
Algunos llegan a hablar del «cortijo socialista». Y efectivamente puede que no yerren en su afirmación, puesto que hoy los «señoritos» pudieran ser los altos cargos socialistas andaluces y el pueblo llano sus votantes. Pero he aquí que dos ex presidentes andaluces, señores de Griñán y de Chaves, han sido acusados de prevaricación administrativa y uno de ellos, parece ser, por malversación de fondos públicos. Las penas pudieran conllevar incluso hasta cárcel.
Durante décadas el dinero de los españoles se ha malgastado en cursos invisibles, en facturas falsas y demás, que han supuesto cientos de millones de euros para presuntamente pagar vicios de altos cargos, prebendas a futuros votantes o incluso «sueldillos» a diferentes personas, configurando lo que aquí se llama corrupción a la andaluza.
No por ello, se libra nadie, ahora el PSOE, mañana el PP, pasado Podemos y al otro Ciudadanos y resto de partidos (CDC, PNV, BNG, etc.). Todos los días algo.
El tan anhelado por algún acuerdo de coalición no sirve mientras exista tamaña corrupción. Es el llamado Cortijo andaluz, o, español.
