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Abre en Italia un nuevo museo de arte con piezas confiscadas a un exmafioso

Una colección de 125 obras de arte confiscadas al exmafioso italiano Giocchino Campolo, quien compraba sus obras con el dinero que obtenía con su imperio de máquinas de azar trucadas, se exhibe desde hoy en el nuevo museo del Palacio de la Cultura de Reggio Calabria, en el sur del país.

Piezas creadas por Salvador Dalí, Giorgio de Chirico, Antonio Ligabue, Luigi Veronese o Carlo Carrá, adquiridas en subastas pero con el dinero obtenido ilegalmente por Campolo, vinculado a la ‘Ndrangheta (mafia calabresa), se exponen en la muestra «A tenebris ad lucem – L’arte ritornato al bene comune» («De la oscuridad a la luz – El arte devuelto al bien común»).

Entre ellas los Dalí «Romeo y Julieta» y «Fuente de Vida», «Struttura B1» de Veronesi, «Campanno sulla riva» de Carra, «Tigre e serpente» Ligabue, o «Piazza d’Italia» de De Chirico.

Todas las obras (valoradas en 5 millones de euros, unos 5,7 millones de dólares) fueron encontradas en bodegas y hasta bajo colchones en propiedades del «rey de las máquinas de azar» repartidas por Calabria, explicaron a Efe miembros de la Guardia di Finanza, el cuerpo policial que participó en la confiscación.

La paradoja es que los cuadros fueron adquiridos «de manera legal», explicó el asesor provincial de Cultura y creador de la idea de la muestra, Eduardo Lamberti-Castronuovo, en la inauguración del museo.

Campolo tenía intermediarios que compraban en subastas públicas y todas las obras fueron adquiridas «legalmente con facturas, no hay nada de ilegal en la compra, lo que es ilegal es la moneda».

El exmafioso se hacía con las obras gracias al dinero que recaudaban sus máquinas de juegos de azar trucadas que estaban repartidas por bares y restaurantes de todo el territorio italiano.

De esta manera, Campolo amasó un patrimonio de 350 millones de euros (unos 399 millones de dólares) y reciclaba su dinero mediante la compra de los cuadros.

Las obras fueron encontradas en julio de 2011 por agentes de la Guardia di Finanza cuando investigaban el negocio de Campolo.

De los 125 cuadros que le fueron confiscados, 21 han sido declarados falsos por la Superintendencia de Cultura de Reggio Calabria.

Las falsificaciones también forman parte de la muestra que se puede ver en este espacio de más de 4.000 metros cuadrados, pero están identificadas, como son por ejemplo los casos de «Jacqueline au chapeau noir», un falso Picasso, o «Trovatore», un falso De Chirico.

Esta circunstancia resulta ser «lo más ridículo y paradójico de este asunto» ya que a Campolo le timaron, fue un «estafador estafado'», según Lamberti-Castronuovo.

Otra curiosidad de la colección es que uno de los cuadros sí había llegado al mercado del arte de manera ilegal, aunque Campolo «lo hizo de buena fe, no sabía que era robado».

La exposición en el nuevo museo calabrés encuentra a Campolo en libertad por motivos de salud, a pesar de que fue condenado en 2013 a 16 años de cárcel por extorsión con agravante mafiosa por obligar a los propietarios a tener sus máquinas en los locales y por sus vínculos con la mafia calabresa.

Estos cuadros, que se exponen desde hoy de forma permanente en la capital calabresa, fueron comprados por el exmafioso probablemente porque quería invertir todo su dinero y se dedicaba a comprar oro y casas por todo el mundo, explicaron los responsables del nuevo museo.

Durante el acto de inauguración de la nueva instalación cultural, sus gestores se mostraron satisfechos de haber podido demostrar que el Estado ha vencido en esta ocasión a la mafia y devuelve el arte a la ciudadanía.

A la exposición, inaugurada con un concierto de la Orquesta Sinfónica de la televisión pública, se suma también la colección San Paolo, una riquísima muestra de iconos rusos y cuadros entre los que figura una copia del famoso «San Michele Arcangelo e il drago», atribuida al pintor italiano Antonello da Messina.

El Palacio de la Cultura «Pasquino Crupi» que acoge estas 125 obras de arte es una antigua construcción de los años treinta que fue utilizada como universidad y que después se sumió en el abandono.

A partir de ahora, además de museo será también un espacio abierto a todos los artistas calabreses e incluirá una biblioteca formada por donaciones de volúmenes de la Biblioteca Calaco, una colección de libros poco comunes de los siglos XVIII y XIX.

Un espacio vivo, innovador, legado al territorio y que organizará visitas guiadas a estudiantes y jóvenes con el fin de explicar que «la cultura es el arma más fuerte para luchar contra la mafia», tal y como sostuvo el presidente de la provincia de Reggio Calabria, Giuseppe Raffa. EFE

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