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OPINIÓN.- Ahora sí: ha sido una tomadura de pelo

El pasado 7 de Abril se produjo la escena final a 110 días de esperpento, de teatro barato. Han caído las máscaras y se han descubierto los truhanes, los embaucadores, trileros, e incluso los traidores. Un delirio que ha demostrado el poco respeto que todos tienen hacia el electorado, hacia una sociedad que presencia entre perpleja y aturdida todo un ejemplo de teatro político de baja estopa, cutre, deleznable, demostrando que quizás tenga los políticos que se merece. Esa fecha quedará para siempre como mancha en la izquierda española.

La reunión a tres terminaba como algunos preveíamos, más aún después del calentamiento previo del Pleno del Parlamento celebrado justo el día anterior, donde los partidos “emergentes” escenificaron todo un sainete para preparar justo lo contrario de lo que se les pedía a ellos: una negociación y el acuerdo para la alternativa política que se merece este país.

El cruce de descalificaciones entre Rivera e Iglesias no hacía nada más que demostrar que de nuevos sólo tienen la etiqueta y en apenas unos meses se han visto contagiados de los peores hábitos de los antiguos. Descalificaciones impropias de quienes pretendían a las pocas horas llegar a acuerdos para un gobierno alternativo al PP.

Tampoco el PSOE ha ayudado mucho a evitar esta ruptura anunciada, incluso ha tenido ciertos detalles de tramposo de juego de cartas, de malandrín, de torpe alumno de Maquiavelo. Hacer todo lo posible para sentar en la misma mesa al agua y el aceite sin al menos intentar buscar fórmulas para su mezcla, resulta de una torpeza de record. ¿O quizás no? ¿O estaba diseñado desde antes sabiendo cómo iba acabar este absurdo experimento? ¿Estaba todo preparado para que pareciera que la culpa era del otro? Porque más parece que todos hayan actuado con ese fin, eludir responsabilidades ante sus bases sociales y que sea el otro el culpable de la imposibilidad de montar gobierno.

La noticia del la mañana siguiente en El País, que durante días andaba ya dirigiendo todo hacia la Gran Coalición tipo Alemania , parece que empujado por Felipe González y el Ibex 35, anunciando que el PSOE aceptaba negociar con el PP a la vista del fracaso con Podemos, era para que se abran las carnes de la izquierda.

La “Brunete mediática” ha puesto todas su armamento mediático activo. Así las sucesivas noticias sobre la supuesta financiación de Podemos vía la Venezuela de Chávez lo indica. Aunque quizás ahora se recuerde lo que el desparecido Enrique Curiel contaba cinco años antes, aquella comida con un poderoso propietario de medios de comunicación de tendencia izquierdista, proponiéndole montar un nuevo partido socialista liderado por él, con financiación y apoyo mediático garantizado. Su posterior negativa debido a unas condiciones inadmisibles para un militante de su ética quedarán para quien escriba sus memorias, pero recordemos que era profesor de la Facultad de Políticas de Madrid. Sí, la misma de Monedero, Iglesias y Verstrynge.

¿Fracaso? Pero si ni siquiera se dejó comenzar la negociación. Vale que Podemos ha sido muy torpe, aunque a última hora haya rectificado su error inicial de ir a nuevas elecciones pensando que así conseguiría el sorpasso, probablemente porque maneja ya encuestas que le indican que no será así, pero de ahí a humillarle cerrando todas las puertas cuando venían con una propuesta rebajada, hay un mundo.

Porque eso fue lo que hizo Ciudadanos con el silencio cómplice de Antonio Hernando y los suyos. Humillarles dejándoles claro que ni aceptaban buscar puntos de encuentro, ni tampoco que en un hipotético gobierno a tres Podemos estuviera presente.

Silencio cómplice del PSOE explícito e implícito que quizás indicaba que el camino trazado por El País estaba ya abierto y pensaban transitar por él.

Tampoco es de cum lauden la reacción posterior de Podemos, tratando a su militancia y a la sociedad en general como menores de edad, con la patochada de la supuesta consulta de dos preguntas diseñadas para tener casi el 100 % de apoyo. Si pudiera existir alguna duda la amenaza de Iglesias de “asumir responsabilidades” si no era así disipaba cualquier duda.

Menores de edad han demostrado ser ellos, porque quizás la conclusión más evidente de este embrollo haya sido que tenemos una clase política de tercera regional, irresponsable, insensata, truhan, bellaca precisamente cuando la situación económica y social más necesitaba justo de lo contrario.

Ni audacia, ni imaginación, ni generosidad ha habido en estos 110 días, sólo engaño, trampeo, mentira y lo que es más grave una tomadura de pelo colectiva.

Mientras todo esto sucedía Rajoy y su PP observaban la escena sentados tranquilamente a la puerta de su casa, esperando ver pasar delante el cadáver de su enemigo convencidos de que tarde o temprano pasará.

¿Qué puede ocurrir ahora en estos 20 días   que quedan hasta el límite fijado para poder llegar a acuerdo? Que El País, Felipe González y el Ibex 35 se salgan con la suya logrando un acuerdo del tipo que sea entre PP, PSOE y Ciudadanos, lo que supondría una traición histórica para el electorado socialista, o ir a nuevas elecciones que serían catastróficas para la izquierda (las encuestas ya vaticinan su bajada y la subida de la derecha incluso próxima a la mayoría absoluta).

¿Qué debiera pasar? Y aquí la ingenuidad utópica de nuevo aflora. Que Pedro Sánchez se caiga del caballo y entienda que sería una tragedia no intentar a última hora un acuerdo con Podemos, IU, más el apoyo de CC y PNV y la abstención de los partidos catalanes, la vía 168-163, o sea más votos a favor que en contra y por lo tanto conseguir el gobierno. ¿Y por qué no con su voto favorable con cesiones sobre la  consulta en Catalunya a través del artículo 92 de la Constitución, más nuevo pacto fiscal que saque a Catalunya del atolladero económico en el que se encuentra? Porque nadie debe dudar que esa consulta se dará tarde o temprano y cuanto antes se produzca mejor para los dos países.

Pero lo más dramático de esta situación, especialmente para quienes se consideran de izquierdas, es que mientras sucede miles de personas sufren las políticas de ajuste duro de la derecha (ya están preparando el ambiente para continuar con ellas tras el 26-J anunciando el desvío del déficit). Desahucios, barra libre de la patronal con la reforma laboral, situaciones límite de los parados, jubilados, pobreza energética, desnutrición infantil, ataques a la libertad de manifestación, expresión o huelga a través de la Ley Mordaza, posición indigna de nuestro país ante la crisis humanitaria de los refugiados, tensiones centro-periferia, efectos del artículo 135 de ahogamiento de las autonomías, etc., etc.

¿No merece la pena al observar todo esto hacer un esfuerzo para evitarlo? ¿Acaso nuestros líderes de la izquierda no ven el telediario? ¿No observan la pelea fratricida de socialistas y podemitas que ellos mismos han provocado, en las redes sociales y en la sociedad que nos conducen al desolladero?

Aún hay tiempo de evitar esa imagen de tomadura de pelo colectiva, incluso con la posibilidad de provocar una traición histórica a esa base social. ¿Serán capaces a última hora de tener la altura de miras suficiente para conseguirlo? ¿Demostrarán en ese último instante que tienen más valía de gobernantes de lo demostrado hasta hora?

Ojalá…………

José Luis Úriz Iglesias, afiliado al PSC viviendo en Navarra

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