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APUNTES: La demografía en España: Diseñemos el futuro

Es un hecho bien sabido que la población española presenta un alto grado de envejecimiento y que, a diferencia de lo que sucede en otros países que, al tomar conciencia del peligro que conlleva tal comportamiento demográfico han empezado a adoptar medidas para modificar esa tendencia, no se ha adoptado aquí medidas que la corrijan ni se percibe por tanto ningún síntoma de cambio en la trayectoria. Contemplar la proyección prevista para dentro de unas décadas provoca un cierto temor y plantea un auténtico reto a políticos y economistas, aunque, en general, las medidas que haya que adoptar nos deberían afectar a todos.

Pese a este panorama poco claro, intento presentar aquí una visión de futuro esperanzadora, para lo que voy a utilizar alguna de las conclusiones a que llega una reciente investigación[1] (cuya lectura me ha parecido enriquecedora y la recomiendo), que ofrece ciertas pautas de comportamiento que podrían adoptar las instituciones políticas y los responsables de empresas para afrontar de forma positiva el envejecimiento de la población.

Ante todo, es preciso que la sociedad tome conciencia de que todos los grupos de edad tienen capacidades que pueden emplearse adecuadamente en las empresas, sin caer en el engaño que suponen algunas ideas preconcebidas, tales como afirmar que las personas a partir de los 45 años son menos productivas o tienen menos deseos de formarse p son más absentistas; ninguna de estas afirmaciones está comprobada empíricamente. Sí es cierto que con la edad se va teniendo menos fuerza física, hay una mayor dificultad de movilidad, problemas de vista y de oído; pero eso se produce paulatinamente y no de forma inmediata, al cumplir los 45, por ejemplo. Y, paralelamente, también se ha adquirido experiencia, se conoce mejor la empresa y los trabajadores maduros -digamos-suelen identificarse más con los valores de la firma.

Pero, con no poca frecuencia, los trabajadores mayores de 50 años, o incluso más jóvenes, encuentran barreras a su promoción en la empresa; el problema no está en las personas sino en las barreras. Hace falta una mayor adecuación de las empresas a la realidad demográfica del mercado laboral; pero se necesita poner en marcha una gestión imaginativa y realista de toda la mano de obra de que se dispone en un horizonte a largo plazo, que debe empezar por proporcionar una buena formación a todos los trabajadores con objeto de sensibilizarles para que haya un mayor aprovechamiento del potencial de dinamismo que existe en todos los grupos de edad, a través de intercambios transversales en el conjunto de la empresa.

Hace falta también -y esto afecta tanto a las empresas como a los responsables de la política- que se diseñen políticas y acciones encaminadas a promover estilos de vida sana, especialmente en alimentación y actividad física.

Son algunas de las propuestas de ‘buenas prácticas’ que están llevando a cabo empresas de ámbito internacional. Si se tiene claro el objetivo no suele haber problemas sobre el cómo llevarlo a cabo.

Desde el lado de los responsables políticos se trataría, además de lo ya apuntado, de incentivar hábitos de ahorro, con la vista puesta en la jubilación y, como siempre, mejorar el apoyo que se presta a las familias.

El trabajo del IESE cita un estudio realizado por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo que puede aportar nuevas ideas y mejorar mucho este Apunte en la línea de gestionar adecuadamente los trabajadores de la empresa[2], de manera que la evolución demográfica, a la vez que no implica una ralentización en el crecimiento económico, mejora el bienestar de las personas.

En síntesis, hay un verdadero problema demográfico en España que está afectando a las empresas con el envejecimiento de las plantillas. Se puede paliar con la toma de conciencia por parte de todos y la adopción de las medidas más adecuadas, esas que se han puesto ya por ejemplo en Francia y que le están permitiendo rejuvenecer la pirámide de población.

[1] IESE: Cómo gestionar personas en una sociedad madura. Los efectos de la pirámide edad. Madrid, invierno 2015.

[2] Se trata de: Análisis del mercado laboral, condiciones de trabajo y siniestralidad. Una perspectiva según la edad. Madrid, 2013.

Elvira Martínez Chacón, Profesora Emérita de la Universidad de Navarra, área de Economía

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