El segundo intento de investidura del señor Sánchez, finalizó como ya estaba anunciado, con un fracaso.
Salvo Coalición Canaria que esta vez votó a favor, todos los demás volvieron a votar negativamente. El espectáculo estaba anunciado de antemano, lo que no estaba previsto fue el circo que montaron sus señorías. Circo en el que se pudo ver al domador con sus leones -será que era de Bilbado, -como ayer se llamó a esta ciudad-, al equilibrista, al intentar mediar entre uno y otro; al forzudo, por ser el que más peso (votos) coge y a un gran número de «artistas» de la risa, los llamados payasos, que, sinceramente, provocaron más pena que gloria.
Sus intervenciones, sobre todo, las del barbudo, no dejaron indiferentes a nadie. Al parecer, que más querían hacer llorar que reír, por el profundo desprecio que manifestaban.
Que gran espectáculo dieron sus señorías.
¡Por favor!, que se devuelva la entrada a los espectadores, llaménse también, españoles.