La Concejal delegada de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer, no piensa dimitir
El Ayuntamiento de Madrid ha destituido a Ramón Ferrer Prada, el director artístico responsable directo de la programación del polémico espectáculo de títeres para las fiestas de Carnaval. En una función presuntamente dirigida a un público infantil, las marionetas simularon una violación, el ahorcamiento de un juez y proclamaron ‘goras’ a ETA, lo que acabó con la detención de las dos titiriteros que manejaban los muñecos acusadas de un delito de enaltecimiento del terrorismo.
El anuncio lo ha hecho este sábado la delegada de Cultura, Celia Mayer, que en una breve y tensa comparecencia ha explicado que en el equipo de Manuela Carmena están «indignados» con lo sucedido. Además de Ferrer Prada, el Ayuntamiento de Madrid ha iniciado los trámites para «el cese de la relación laboral» con otro de los programadores del Carnaval, cuya identidad aún no ha trascendido.
Mayer ha asegurado que no se visionó la función con anterioridad, que sólo se tuvo en cuenta la sinopsis enviada por la empresa artística que «nada tenía que ver» con lo que las marionetas hicieron sobre el escenario. Antes de salir a toda prisa de la sala donde ha hablado con la prensa durante tres minutos escasos, la delegada de Cultura ha dado a entender que no se plantea dimitir.
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No sé yo si su cargo suponía un ritmo vertiginoso de trabajo de veinte horas al día que lo impidiera, pero me temo que no. Por otra parte que Celia meyer sacrifique a sus peones para salvarse a sí misma, responsable directa de la programación, me parece cuando menos, de dudosa moralidad.