La elección de Pachi López como presidente del Congreso de los Diputados es ya un hecho. Dicha elección ha roto con una de los costumbres de la democracia, cual es, que tocaba presidir dicha Cámara, al partido que ganaba las elecciones. Ganó el PP, pero preside el PSOE.
Al candidato, ya presidente, debería recordársele que es la segunda vez que su opuesto, el Partido Popular, le aupa a un cargo de representación institucional. En aquellos años de asesinatos de ETA ( 2009-2012), la suma de PP y PSOE, le auparon a ser Presidente del Gobierno Vasco, sucediendo a Juan José Ibarreche, quien creó el conocido plan Ibarreche por el que se quiso intentar la independencia de la comunidad autónoma vasca.
El juego de la política da estos resultados.
«Ni quito ni pongo rey , sino obedezco a mi señor», famosa frase aplicable a este momento. El PP espera con este gesto, que se le favorezca la investidura de su presidente, hoy en funciones. Por su parte, el socialismo, no espera nada, solo obedecer a lo que otros dejan o dan. Mala tesitura para una opción de gobierno que necesita de apoyos sólidos y fiables para configurar un gobierno fuerte y estable con sus «funciones» a pleno rendimiento, para luchar y solucionar los tremendos desafíos que esperan a este país.