La escalada de tensión entre Irán y Arabia Saudí, la se supone bomba de hidrogeno lanzada por Corea del norte, la crisis en la Bolsa China, las tensiones internas en EEUU y demás episodios de estos últimos días, no parece vayan a sentar bien a una economía como la española, que tiene su pretendida recuperación pendiente del devenir de la economía mundial, en la que, supongamos, un aumento indiscriminado del precio de los hidrocarburos, haría fracasar el camino andado.
Ante la incertidumbre, este país debería estar preparado para lo peor. Debe por tanto resolver su inacción política, debe configurar un gobierno que retome el camino con firmeza.
Las veleidades nacionalistas no son bases para un gobierno fuerte; los pentapartitos nacionales del PSOE tampoco, ni los intentos de Rajoy de permanecer hasta que «el barco se hunda».
Urge que el panorama político español se aclare. Los desafíos internacionales, pronto van a provocar la toma de decisiones firmes y contundentes. No puede haber en estos momentos gobiernos «en funciones» o débiles.