Primer caso en el mundo. Tenía varios tumores, pero las células cancerígenas no eran humanas
Un hombre de 41 años, con VIH, llegó a un hospital de Medellín en 2013 con fiebre, tos y pérdida de peso. Al reconocerlo, los médicos hallan que tiene un parásito intestinal de la familia de la solitaria. Además presentaba varios tumores en los pulmones y otros órganos. El desconcierto cundió en los especialistas cuando al analizar las células cancerígenas descubrieron que no eran humanas.
«No pensábamos que las células de un parásito humano pudieran convertirse en malignas e invadir el tejido humano», le dijo al Washington Post Bobbi Pritt, director de parasitología clínica de la Mayo Clinic. «Es muy inusual que unas células de parásito se vuelvan cancerígenas dentro de un humano e invadan otros tejidos de ese humano».
Las células cancerígenas que presentaba el hombre eran diez veces más pequeñas que las humanas, según ha publicado la BBC.
Su patrón de crecimiento era como el de células del cáncer, pero estaban fusionadas con algo raro, explicó un experto del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos.
Un análisis molecular identificó niveles altos de ADN de solitaria en los tumores que tenía el paciente, en el hígado, los pulmones y en otros órganos. Además en los tumores las células madres eran del gusano que colonizaba su intestino.
El paciente no pudo ser sometido a ningún tratamiento por su extrema debilidad y a los tres días falleció en la Clínica Universitaria Bolivariana de Medellín.
Los especialistas de Colombia y los del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos creen que el estado del enfermo con un sistema inmunológico debilitado permitió que las células cancerígenas del gusano florecieran y se desarrollaran en un «anfitrión muy extraño».
Este es el primer caso que se conoce de trasmisión de células cancerígenas de un parásito a humano.
En Londres, el doctor Peter Olson, especialista en H. nana del Museo de Historia Natural, ayudó a develar el misterio, cuyos resultados fueron publicados esta semana en el New England Journal of Medicine.