El presidente de la Generalidad, Artur Mas, ha negado este miércoles que CDC se haya financiado irregularmente y ha señalado al ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, como el responsable de los registros policiales del viernes en la fundación CatDem y un despacho de CDC.
El líder de CDC ha aseverado que las aportaciones de la empresa Teyco a la fundación de CDC, CatDem, se hicieron «dentro de la más estricta legalidad y transparencia», y ha negado que hubieran comisiones del 3 % por contratación de obra pública.
En todo caso, Mas ha negado comisiones porque, según ha dicho, ninguna de las aportaciones de Teyco a la CatDem «coincide» con ese porcentaje de la obra pública adjudicada en 2009.
En su comparecencia en la Diputación Permanente del Parlament de Cataluña, ha argumentado que fue la Guardia Civil quien hizo el registro y que ésta depende el Ministerio del Interior, «que no pasa por ser un ministerio que se caracterice por un actuación ejemplar y por las buenas prácticas».
Habla de «maniobra» de los poderes del Estado para atacar a CDC
Mas no cree «en las casualidades», por lo que atribuye el registro a una «maniobra» de los poderes del Estado para atacar a CDC a las puertas de la campaña de las elecciones del 27 de septiembre y en el mismo día en que la candidatura soberanista Junts pel sí organizaba un gran acto político en Barcelona. Cree que «a un mes de la fecha de las elecciones», tienen una «enorme carga política y simbólica».
El jefe del Ejecutivo catalán ha recordado que la operación fue promovida «por la Fiscalía y la Guardia Civil, poderes que jerárquicamente dependen de las estructuras del Gobierno central».
Este mismo lunes El Mundo publicaba un documento que reflejaría el supuesto pago de comisiones ilegales del 3% a cinco ayuntamientos catalanes a cambio de adjudicaciones a la empresa Teyco cuyo exconsejero delegado Jordi Sumarroca es hijo de uno de los fundadores de CDC.
Dice que algunos periodistas avisaron a CDC del registro
El president ha denunciado asimismo que las actuaciones policiales del viernes «parecen más orientadas a sacar rédito electoral que no a saber la verdad» cuando, según ha dicho, se avisó el día antes a los medios de comunicación y la Guardia Civil estuvo cinco horas dentro de la sede de CDC «sin hacer nada» esperando a la secretaria judicial con el fin de hacer un «prolongar el espectáculo» de los registros.
Mas incluso ha explicado que hubo algunos periodistas que «avisaron a dirigentes de CDC de lo que sucedería» al día siguiente, en alusión a los registros de la Guardia Civil.
También ha lamentado que se hayan filtrado «documentos protegidos por el secreto sumarial», lo que es, ha dicho, «peor que el espectáculo porque es delictivo», y ha sentenciado: «Este es un Estado de derecho que no protege los derechos más fundamentales».
El cerco sobre artur Mas se estrecha. Se siente acorralado. Es el secretario general de CIU y el hijo «político» de Jordi Pujol. Algo tendrá que decir sobre el goteo de escándalos y las ramificaciones de los casos que están siendo investigados y salpican a su partido. Me niego a llamar periodista a quiénes le dieron el chivatazo. El periodista es el encargado de informar de la actualidad y los sucesos a los ciudadanos. Estos son lacayos. Aunque no lo hará, para arrojar un poco de luz a este asunto, arturo Mas debería cantar como «la parrala» y dar nombres y apellidos.