El sector agrario sufre los vaivenes de los mercados y de las crisis económicas. Cuando esto sucede, uno de los indicadores donde más se aprecia este hecho, es el del precio de los bienes de uso y consumo.
La leche es uno de ellos. En estos momentos esta sufriendo los avatares del mercado. El precio origen, o lo que es lo mismo, lo que se paga a cada ganadero por litro de leche, esta en unos niveles ínfimos, por debajo del precio de coste. Los productores protestan por la escasa rentabilidad de sus negocios.
Una de las razones que explican esta situación, según los propios ganaderos, es la desaparición del cupo lácteo, responsable de la fijación de un precio mínimo y máximo para el litro de leche. El exceso de producción estos últimos años, es el responsable de la desaparición de este cupo.
Los gobiernos europeos y entre ellos el nuestro, intentan solucionar el problema con una política de subvenciones, sin abordar realmente la realidad del problema. Esto hace que, todo el mundo, de por hecho que a recibir dinero pase lo que pase.
Políticas que reestructuren un sector en el que los pequeños productores puedan vivir de sus negocios y no depender de las multinacionales, que son las que «tiran los precios», deberían ser aplicadas de forma inmediata. Los precios volverían a su ser , y el sector se normalizaría. El gobierno tiene mecanismos para ello. No debe primar al grande, sino también, al pequeño.