Los Presupuestos Generales del Estado del próximo año 2016, seguramente marcados por las próximas elecciones generales, continúan en la línea marcada por el PP a lo largo de estos años, una pretendida austeridad, pero que esconde realidades que chocan con ella.
Pretender hablar de moderación cuando el gasto -le llaman inversión- aumenta en las comunidades autónomas de una forma exponencial, por ejemplo aquí en Navarra, no es precisamente señal de ello. Habría que preguntar a los pensionistas, que van a ver un aumento en su paga de un 0, 25% (2 euros como mucho) que opinan sobre ello.
Los funcionarios tampoco darán saltos de alegría. Un 1% de mejora, después de varios años de congelación salarial. No parece la mejor fórmula, mientras que las ya citadas comunidades autónomas, autentico «cáncer» presupuestario, sufren aumentos, en muchos casos, superiores al ocho, nueve por ciento.
Se aprecia un aumento en sanidad y en educación, eso dicen, aunque esta afirmación esconde una realidad, cual es que, las comunidades autónomas tienen transferidas las competencias en ambos aspectos y ellas son las que controlan y ejecutan el gasto, por lo que, el ciudadano, poco o nada, va a beneficiarse de dicha inversión.
Queda, muy bien, eso si, de cara a la opinión pública.
En suma, unos presupuestos en los que el gasto autonómico es cada vez mayor y los beneficios directos al ciudadano se notan poco, pese a que, y en clave electoralista, se quiera vender todo lo contrario.