Últimas noticias

ANÁLISIS: ¿Es la decapitación el arma psicológica del Estado Islámico?

ANÁLISIS: ¿Es la decapitación el arma psicológica del Estado Islámico?
Decapitación del periodista estadounidense, Foley
Decapitación del periodista estadounidense, Foley

Las cabezas de las víctimas de los islamistas son trofeos de guerra para los miembros del grupo Estado Islámico (EI), que las exhiben en lugares bien visibles para que todo el mundo las vea

Desde la antigua Roma a la guerra civil argelina, pasando por la Revolución Francesa o el Japón de la Segunda Guerra Mundial, la decapitación se ha solido utilizar como uno forma de ejecución en muchos países, no solo islámicos. Este tipo de suplicio, abandonado por la mayoría de ellos, sigue vigente en Arabia Saudí, provando las críticas de las asociaciones de defensa de los derechos humanos.

La decapitación es una práctica corriente de grupos afiliados a Al Qaeda en Irak que fue el precursor de EI bajo la égida de Abu Musab Al Zarqaui.

El primer occidental que sufrió este suplicio fue el periodista estadounidense Daniel Pearl, degollado y después decapitado en  Pakistán en febrero de 2002.

Esta práctica había disminuido tras la muerte de Al Zarqaui en 2006, pero volvió con fuerza con la llegada del EI y la creación de un «califato» a caballo entre Siria e Irak.

«En la cabeza es donde reside la humanidad. La decapitación es un gesto de deshumanización y sobre todo de animalización, ya que empieza con el degüello, que hace pensar en el matadero. También hay una imagen antropológica antigua de la cabeza cortada que se enarbola y que es, en todas las civilizaciones y en todas las épocas, el trofeo absoluto del enemigo», dice el historiador Michel Porret, profesor de la Universidad de Ginebra.

Rita Katz, directora de SITE, un movimiento de observación del terrorismo, explicaba en septiembre de 2014 que el fin de la decapitación y de su difusión en vídeo es «reclutar a una pequeña minoría de musulmanes radicalizados impresionados por esta violencia» y que la interpretan como una «especie de victoria».

Con ayuda de grabaciones profesionales de vídeo, se trata de un arma psicológica destinada a los enemigos tanto de fuera como del interior que permite someter mediante el terror a poblaciones de zonas de guerra.

Sin embargo, los dignatarios religiosos musulmanes aseguran que la religión no prescribe la decapitación para ningún crimen, pero era una práctica extendida por los musulmanes y no musulmanes durante las guerras en la época de Mahoma y después.

About The Author

Otras noticias publicadas

Responder

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies