El equipo blanco levanta su novena Copa de Europa 20 años después, tras derrotar con claridad al Olympiacos en una verdadera fiesta blanca. Después de dos finales consecutivas perdidas, los de Laso se sacaron la espina en Madrid
La novena Euroliga se ha hecho esperar, pero ya es del Real Madrid. Tras tres años cortejándola y quedándose a punto de llevársela a la sala de trofeos, ha tenido que ser en su casa, en Madrid, donde por fin rompiera un mala racha que duraba ya 20 años.
Olympiacos, verdugo hace dos años, puso las cosas muy difíciles, como era de esperar, pero las dos finales perdidas han dado cuajo a este equipo, le ha hecho más duro, más serio, más dispuesto a ir a la batalla sin temor. Y el premio no puede ser más merecido: rey de Europa por novena vez con una contudente victoria final (78-59).
Choque intenso e igualado
La final no permitió ni un respiro. Arrancó con un primer cuarto digno de lo que se estaban jugando, mezcla de tensión, intensidad y una enorme igualdad. El Madrid fue por delante en los primeros tres minutos con Carroll anotando y Reyes bregando en la pintura (6-1). Pero fue el Olympiacos, con su agresiva defensa y un inspirado Lojeski (10 puntos), el que tomaría la iniciativa después a pesar del acierto de Llull desde el triple (15-19, min. 10).
Con Ayón y Bourousis en el banquillo con dos faltas cada uno, el Madrid recurrió a su gran motivador: Nocioni. Perdió centímetros pero ganó en corazón y entrega. El argentino inyectó una dosis extra de carácter a su equipo y este respondió creciéndose en defensa con una gran labor de Rivers. Dieron de su propia medicina al Olympiacos y el partido se convirtió en una lucha de poder a poder con técnicas y antideportivas que daban un ritmo de juego muy pausado.
El Madrid supo adaptarse a ese juego con Maciulis asumiendo la responsabilidad en ataque (9 puntos y un solo fallo en el tiro) para vivir sus mejores momentos. Un 7-3 igualaba el marcador a 22 (min 15) y un triple de Rivers le daba la máxima al descanso con el 35-28. La actitud defensiva había cambiado la dinámica del partido en otro sensacional cuarto madridista, menos vistoso que en semifinales pero igual de efectivo, dejando a los griegos en 9 puntos para un parcial de +11.
Un 5-1 de parcial en el inicio del tercer cuarto aumentó la diferencia a los 11 puntos con el 40-29 en el 23’. Los blancos habían construido una ventaja que tal y como estaba el encuentro valía su peso en oro. Sin embargo, enfrente estaba el máximo exponente de las remontadas. Sloukas y Printezis tiraron del orgullo griego y con un 0-11 se pusieron uno arriba en el 27`(40-41).
Carroll pone en pie al Palacio con sus triples
Con un Olympiacos lanzado y el equipo tocado irrumpió el escolta norteamericano con tres minutos espectaculares, que frenaron las intenciones de un rival que presenció atónito la exhibición ofensiva. Anotó tres triples para un total de 11 puntos seguidos, con los que el Madrid recuperó la respiración (53-46, min. 30).
El Madrid siguió mordiendo en defensa, sujetando el rebote y no dando opciones a Spanoulis (3 puntos). Todo lo estudiado se aplicaba a la perfección. El Olympiacos se acercó a 5 puntos con un triple de Sloukas (60-55, min. 35) pero ahí estaba Nocioni para recordarles que a garra y lucha no le gana nadie. Rebotes, tapones y un triple que comandó el arreón final.
Llull se unió (12 puntos) y los blancos sentenciaron al ritmo del “Cómo no te voy a querer” de los miles de madridistas presentes en las gradas del Palacio. Noche mágica y, ahora sí, el Real Madrid campeón de Europa (78-59).
Ficha técnica:
REAL MADRID 78 (15+20+18+25): Llull (12), Rudy (7), Carroll (16), Reyes (2) y Ayón (2) –cinco inicial–; S. Rodríguez (11), Nocioni (12), Maciulis (9), Rivers (5), Slaughter (2), Bourousis (-) y Campazzo (-).
OLYMPIACOS 59 (19+9+18+13): Dunston (4), Spanoulis (3), Printezis (11), Mantzaris (1) y Darden (-) –cinco inicial–; Petway (2), Hunter (10), Papapetrou (-), Sloukas (10), Agravanis (-), Lafayette (1), y Lojeski (17).
