Desde que Casa del Lector abriera sus puertas en 2012 en el Matadero Madrid, hoy una de las zonas culturales más importantes de la ciudad, más de 251.000 personas han pasado por este centro de investigación de la lectura, lo que lo convierte en un «modelo» de fusión entre lo público y privado.
Una iniciativa con «un balance que no puede ser más que positivo» para el director de Casa del Lector, el escritor y exministro de Cultura César Antonio Molina, quien destaca el tipo de gestión de este centro para la Investigación, el desarrollo, y la innovación de la lectura de la Fundación Sánchez Ruipérez, situado en las instalaciones del Ayuntamiento de Madrid.
Un hecho que se confirma con «los miles y miles de personas que visitan semanalmente Casa del Lector para asistir a las actividades y visitar las exposiciones», añade César Antonio Molina.
Y, aunque Casa del Lector está situada en Madrid, es un centro con vocación universal que atrae a gente de toda España y de fuera, como indica la atención y el seguimiento que de las actividades y actos del centro se hace desde hispanoamérica, a través de internet y el «streaming», además de por su presencia en las redes sociales, en Facebook y Twitter.
Con esa vocación internacional que impregna las actividades de Casa de Lector, el próximo otoño albergará dos de las exposiciones más importantes del año.
La primera de ellas, en octubre, dedicada a Lampedusa, el autor de «El gatopardo», que ha comisariado Gioacchimo Lanza Tomasi y Mercedes Mommany, con imágenes, manuscritos y primeras ediciones, entre otras muchas sorpresas.
Y la segunda y muy importante, la titulada «San Jerónimo», el traductor de la Biblia del griego y el hebreo al latín, considerado uno de los cuatro padres latinos, comisariada por Eduardo Arroyo y Fabienne Di Rocco, con más de 500 piezas en torno a la labor del estudioso.
A estas exposiciones las seguirán las muestras digitales dedicadas a las bibliotecas del mundo; «nos acercaremos a la cartografía portuguesa con una exposición sobre la Biblioteca Nacional de Portugal», avanza César Antonio Molina.
En el pasado año en Casa del Lector se llevaron a cabo 1.300 actividades, y este año una de las apuestas estrella y de mayor éxito ha sido la dedicada al fomento de la lectura entre los más pequeños, los futuros lectores.
Un programa experimental con el que se trabaja el incentivo de la lectura con los niños de 100 familias.
Así, esta actividad apoyada por el Ayuntamiento de Madrid, trata a través de un programa de seguimiento estimular la lectura entre los niños de más de nueve meses y hasta primero de Primaria, es decir hasta los seis años.
Un programa que se suma al taller de cuenta cuentos de los fines de semana. «La gente está deseando de este tipo de actividades, donde los niños aprenden a convivir con la lectura de la mejor manera posible, jugando. Y estoy seguro que todos esos niños acabarán siendo grandes lectores», concluye César Antonio Molina.