La «paradoja de la pérdida de la información» de los agujeros negros -un problema que ha tenido en vilo a la física durante casi 40 años- no puede existir, según se desprende de un nuevo estudio publicado en «Physical Review Letters».
Un equipo de astrofísicos estadounidenses han demostrado que, en contra de la opinión de muchos físicos y cosmólogos, la información sobre el estado de la materia no desaparece por completo cuando entra en un agujero negro, sino que sus huellas todavía pueden ser encontradas en la famosa radiación de Hawking si es posible detectarlas.
Un equipo de científicos de la Universidad de Búfalo, EE.UU., liderado por el profesor Dejan Stojkovic, ha logrado demostrar que la radiación de Hawking en realidad puede transferir la información del agujero negro en un entorno externo gracias al nuevo modelo matemático, que reproduce no solo cómo nace dicha radiación, sino también la forma en que interactúan las partículas generadas.
Stojkovic dice que este es un descubrimiento importante porque incluso los físicos que creían que la información no se perdía en los agujeros negros han luchado por demostrar, matemáticamente, cómo sucede esto. En su nuevo trabajo se presentan los cálculos explícitos que demuestrancómo se conserva la información.
La investigación marca un paso significativo hacia la solución de la «paradoja de la pérdida de la información», un problema que se planteó cuando Stephen Hawking propuso por primera vez que los agujeros negros pueden emitir energía y se evaporan con el tiempo.
De acuerdo con los investigadores, el modelo claramente ha mostrado que tras estudiar las propiedades de la radiación de Hawking se puede ver los rastros del mundo interior del agujero negro en la interacción de sus partículas. Los astrofísicos también afirman que la radiación de Hawking contiene la información acerca de las interacciones gravitacionales en el interior del agujero negro, el intercambio de fotones y otras «correlaciones», como las llaman los científicos.
«Nuestros colegas son conscientes de estas correlaciones, pero no les hacían caso, ya que les parecíanpequeñas y no significativasestadísticamente. Nuestros cálculos precisos muestran que, a pesar de que son muy pequeñas al principio, poco a poco crecen y se vuelven significativas», explica Stojkovic.
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