El fiscal que fue secuestrado en el Palacio de Justicia de Estambul por dos hombres armados ha muerto a causa de sus graves heridas, informaron fuentes del hospital
La toma de un fiscal turco como rehén por parte de un grupo armado de extrema izquierda concluyó este martes con la intervención de efectivos de las fuerzas especiales de la Policía y la muerte tanto del secuestrado como de sus captores.
Los agentes abatieron a los secuestradores y el fiscal resultó herido de gravedad durante la operación, por lo que hubo de ser intervenido de urgencia. Sin embargo, al cabo de tres horas, los médicos del hospital Florence Nightingale anunciaron que el jurista no pudo sobreponerse a los disparos sufridos –en la cabeza y el pecho–, efectuados presuntamente por los secuestradores.
Mehmet Selim Kiraz, que fue tomado como rehén durante unas siete horas en una habitación del sexto piso de ese edificio fue finalmente rescatado por la policía en una operación de asalto.
Varios periodistas locales aseguraron que, en torno a las 20.30 (hora local), se escuchó una decena de disparos en el Palacio de Justicia donde se produjo el secuestro y, posteriormente, las autoridades turcas explicaron que los captores habían disparado varias veces contra el fiscal. Sin embargo, de acuerdo a la web halkinsesi.tv, ligada al grupo armado implicado en el secuestro, el Partido-Frente de Liberación del Pueblo Revolucionario (DHKP-C), el rehén recibió un disparo de sus captores “después” de que comenzase la operación policial. Para añadir más confusión, halkinsesi.tv, y otros medios turcos, indican que son tres los secuestradores muertos, y no dos como insiste la Policía.
El DHKP-C, organización considerada terrorista en Turquía, EE UU y la UE, es heredero de los grupos izquierdistas de los 1970, aunque sus mayores atentados se produjeron dos décadas más tarde. Entre ellos destaca el asesinato de varios militares turcos y estadounidenses o el del empresario Özdemir Sabanci. En los últimos años se han visto involucrados en varios ataques, algunos de ellos suicidas, contra instalaciones policiales o la Embajada de EE UU. Asimismo, sus militantes han luchado a tiros contra organizaciones mafiosas y vendedores de droga que pretendían instalarse en distritos de Estambul controlados por el grupo izquierdista.