Los jóvenes españoles prefieren construirse un personaje, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona
Los jóvenes usuarios de las redes sociales en España prefieren construirse un personaje para tener buena imagen en estos foros que fomentar el diálogo intercultural o favorecer una cooperación crítica, según un estudio elaborado por dos profesores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
El estudio, titulado Interculturality and Communicative rationality. Young Migrantes and Their Relationships in the Online Social Networks in Spain, ha sido elaborado por Jaume Soriano, docente del Departamento de Medios, Comunicación y Cultura de la UAB, y María Gutiérrez, profesora del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la misma universidad.
Soriano y Gutiérrez, que han publicado su trabajo en la revista Communication & Society, destacan que las redes sociales online (Social Network Sites) intervienen decisivamente en la configuración de un nuevo espacio público de convivencia intercultural. Según datos de Eurostat, el 84% de los jóvenes, europeos autóctonos y europeos inmigrantes de primera o de segunda generación, usan las redes sociales, casi el doble que el conjunto de los ciudadanos europeos.
Pero el uso que hacen y el tipo de interacciones que establecen están lejos de favorecer una racionalidad comunicativa propicia al diálogo, la cooperación y el compromiso procomún, según los autores del estudio, que han detectado que predomina, en cambio, el interés por construirse un buen personaje con el que entrar en la escena de este nuevo espacio público que son las redes sociales.
Para hacer el estudio, los dos profesores se preguntaron si «las redes sociales online son también un instrumento eficaz para las relaciones interculturales entre los jóvenes migrantes y cómo influyen éstas en la construcción de su identidad digital». «En los últimos diez años se han estudiado bastante las plataformas y aplicaciones más usadas por los jóvenes españoles, las horas que dedicaban, cuando las usaban y con qué tipo de personas interactuaban, pero se sabe muy poco sobre el sentido que dan a todas estas prácticas», han explicado los autores.
«Sabemos también que las redes sociales online facilitan el establecimiento de contactos con personas de otras culturas. Pero, ¿más canales de interacción suponen automáticamente una mejora de las relaciones interculturales?», se preguntaron. La investigación ha analizado más los aspectos cualitativos del uso de las redes que los cuantitativos. «El objetivo del estudio consiste en comprobar si las relaciones a través de las redes sociales responden a una racionalidad comunicativa cooperativa y de diálogo que favorezca un marco común propicio para el entendimiento intercultural o bien los empuja hacia formas de relaciones más banales», han señalado Gutiérrez y Soriano.
Para ello, elaboraron un modelo de análisis basado en la teoría de la acción comunicativa del filósofo Jürgen Habermas, que definió que las personas actúan socialmente de cuatro maneras diferentes: con acciones estratégicas, con acciones ajustadas a normas, con acciones dramatúrgicas y con acciones comunicativas. El modelo de análisis lo aplicaron a los datos recogidos en 13 grupos de discusión dentro del proyecto de investigación «Las relaciones sociales de los jóvenes migrantes en Internet desde la perspectiva de la interculturalidad» del Instituto de la Comunicación (Incom) de la UAB.
Los grupos se crearon en Barcelona, Bilbao y Madrid entre 93 jóvenes inmigrantes y no inmigrantes escolarizados en centros con una concentración de inmigrantes superior al 45%. «En ellos se observó que los jóvenes tratan sus contactos como público de sus representaciones. Los jóvenes hacen de actores y se diseñan una imagen cuando se ponen en escena en la red y se muestran poco comprometidos con los demás cuando les toca hacer de público», han resumido los autores del estudio.
«En sus interacciones, la proyección de este actor construido es más fuerte que la búsqueda del diálogo, la interlocución y la cooperación crítica. Esto convierte la red social en un club social más que en un medio para abrirse al mundo y participar críticamente en él», han concluido Jaume Soriano y María Gutiérrez.