Ambos bandos se acusan de lanzar ataques un día después del alto el fuego
Los separatistas prorrusos y el ejército ucraniano han asegurado día después de la entrada en vigor de la tregua que no se dan las condiciones para la retirada del armamento pesado de la zona de seguridad establecida en la reciente cumbre de Minsk.
Tanto los separatistas como el Ejército ucraniano han advertido de que «no se dan las condiciones para la retirada del armamento pesado» de la zona de seguridad establecida en la reciente cumbre de Minsk. Según el documento aprobado el 13 de febrero por ambos bandos, el repliegue debe comenzar no más tarde de 48 horas después del alto el fuego, que entró en vigor en la medianoche del sábado al domingo.
Los separatistas han dicho que procederán a la retirada de las piezas de artillería y lanzaderas de misiles de la zona desmilitarizada sólo cuando «reciban una clara señal» de que las fuerzas gubernamentales también han comenzado a hacerlo.
Las piezas de artillería de más de 100 milímetros de calibre deben serán retiradas de una zona de 50 kilómetros, mientras las lanzaderas de misiles Tornado, Uragán y Smerch, y los sistemas de misiles tácticos Tochka deben ser replegados de una franja de 140 kilómetros.
Acusaciones cruzadas
Los prorrusos acusan a Kiev de incumplir el alto el fuego al bombardear, entre otras, las inmediaciones de los bastiones rebeldes de Donetsk y Górlovka.
Por su parte, el mando militar ucraniano ha denunciado 112 ataques contra las posiciones gubernamentales, la mayoría en la zona de Debáltsevo, estratégico nudo ferroviario y principal punto de discrepancia entre ambas partes desde la cumbre de Minsk.
«En las últimas 24 horas como resultado de combates hemos perdido a 5 soldados ucranianos y otros 25 resultaron heridos», ha dicho Andréi Lisenko, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, en rueda de prensa. Ha asegurado que las bajas se produjeron entre las 06.00 del domingo y las 06.00 del lunes.
Debáltsevo, la manzana de la discordia
Los rebeldes mantienen que esa ciudad forma parte de su territorio, mientras Kiev considera que, en virtud de los acuerdos de Minsk de septiembre de 2014, Debáltsevo debe permanecer bajo control gubernamental.
Kiev asegura que, según datos del servicio de inteligencia militar, los separatistas han recibido órdenes de tomar Debáltsevo «a cualquier precio». En ese lugar, según los rebeldes, hay cercados más de 6.000 efectivos ucranianos, a los que les demandan que depongan las armas como condición para que puedan reunirse con el grueso de sus fuerzas.
La agencia rusa Interfax cita al comandante de las fuerzas rebeldes, Eduard Basurin, quien habría ofrecido abrir un corredor para que dichas tropas abandonen Debáltsevo sin ser hechos prisioneros.
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