Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, cuestionado ultimamente por su -parecía- principal «valedora», Susana Díaz, ha sorprendido con un golpe de mano o de intento de fuerza. Ha dstituído a Tomás Gómez del PSM por el caso del Tranvía de Parma cuando él estaba de alcalde y por la operación Púnica, dice que por el daño que ocasiona al partido.
Puede o no puede ser esta la causa, pero el hecho es que la destitución y confirmación existe. Sorpresivamente, el PSOE de Sánchez al que las encuestas lo hacen tambalear hasta un tercer puesto, el líeder cuestionado dentro y fuera de su partido, ha tomado una decisión visceral donde las haya. Una decisión que puede tornarse en una losa todavía más pesada en su espalda o puede ser una forma de imponer autoridad.
Las elecciones andaluzas a la «vuelta de la esquina» y una noticia como esta no parece que vaya a ayudar mucho a la candidata. En mayo las autonómicas, municipales y generales. Largo me lo fiais si la decisión está tomada por aspectos de mostrar fuerza interna y se venden como aspectos de daño a la imagen del partido a causa de la corrupción.
Reacción: Gómez, acompañado de toda la plana mayor del PSM, llevará a los tribunales su destitución por «irregular, antiestatutaria, autoritaria y antidemocrática” y por «debilidad del liderazgo».
Sea como fuere, dificil lo tiene el PSOE y su líder, pero dificil está la política en este país. Donde todo apunta a un cambio trascendental que intenta cambiar el sistema establecido por los dos grandes partidos. Algo que debería llevarse a estudio y análisis polílico.