La tasa de inflación de la eurozona ha ido cayendo durante los últimos meses hasta llegar a una situación delicada en cuanto a nivel de precios se refiere, llamándose deflación para unos y baja inflación para otros.
Sea como fuere, inducido por la caída del barril del petróleo, el nivel de precios ha caído en 19 países de la Unión Europea (si, España entre ellos) y eso supone que ahora se puede comprar más barato y, por tanto, más productos siempre que tengamos el mismo poder adquisitivo.
Y he aquí el problema, el riesgo, el temor del BCE y de los gobiernos, ya que si los precios siguen cayendo finalmente esto repercutirá en el poder adquisitivo de la renta de las familias. Lo que se traduciría al final en un descenso de los salarios debido a que las empresas no podrían pagar a sus empleados como lo venían haciendo si sus ingresos por productos vendidos bajan, porque para vender en un periodo deflacionista (de precios excesivamente bajos), las empresas tendrán que seguir bajando los precios al margen de los costes y entrando en una espiral de productos que valen menos y menos hasta llegar a lo desproporcionado.
Todos conocemos el famoso caso del corralito. Pronto, empezará a hablarse de ello. Esperemos que no lleguemos a poder comprar una casa, por lo mismo que cuesta hoy una caja de huevos…
Directora NI
Excelente análisis. Enhorabuena