La geopolítica dejó a los españoles sin un hogar al que regresar. Avance de ‘Los últimos españoles de Mauthausen’ publicado por ‘Ediciones B’
José Alcubierre Pérez y Siegfried Meir son dos de los testimonios vivos que el periodista Carlos Hernández reúne en «Los últimos españoles de Mauthausen», un libro donde ha querido aunar las historias de los más de 9.000 españoles que pasaron por campos de concentración nazis entre 1940 y 1945.
En el libro, que Ediciones B pone este mes a la venta en coincidencia con la liberación del campo de concentración de Auschwitz, Hernández intenta «humildemente», según ha señalado hoy en un encuentro con periodistas en Madrid, «sacar del olvido» a esos más de 9.000 deportados, «darles voz y, por último, señalar con el dedo a los culpables de su sufrimiento».
Los españoles fueron los únicos prisioneros de los campos de concentración para los quen la libertad no fue completa. El 5 de mayo de 1945, los soldados estadounidenses entraban en Mauthausen. José Alcubierre relata la incertidumbre que vivieron durante los días que siguieron a la liberación: «Los soviéticos se iban a Rusia, los franceses a Francia y los españoles nos quedamos allí, solos. Nadie nos quería, así que nos quedamos un mes en Mauthausen».
En el campo de concentración de Dachau las tropas norteamericanas confinaron a todos los republicanos en un recinto, que rodearon con alambre de espino. Cientos de españoles habían pasado, por tanto, de ser prisioneros de los nazis a cautivos de los «libertadores». En Mauthausen y Gusen no llegaron a tanto, pero se produjeron situaciones especialmente desagradables como la que relata el soldado estadounidense Álvaro Rodríguez: «Algunos españoles empezaron a trabajar para nuestro ejército. Hacían de traductores, de conductores o, simplemente, limpiando las instalaciones. Sin embargo, poco después, les echaron porque decían que eran comunistas».
Para Carlos Hernández, el año y medio en el que ha estado preparando este libro ha sido «un privilegio enorme» y, además, «un regalo de la vida conocerles» y documentar todas esas «historias muy diferentes pero con un montón de nexos comunes».
Este año se cumple el setenta aniversario de la liberación de los campos, «pero no hay que olvidar que también es el 75 aniversario de la llegada de los deportados españoles».
Hernández ha querido resaltar también que «la conciliación de la Transición llevó aparejada una impunidad y un olvido de los exiliados españoles en general y en particular de los deportados que habían pasado por los campos» y que, después de setenta años, «el único homenaje que se les puede hacer es contar la verdad».