

Ayer en el Ateneo de Madrid con la presencia de Zapatero y Pedro Sánchez en la presentación del libro de Jordi Sevilla no faltó ni tan siquiera el espíritu del drama, los celos y la traición que genialmente atizó William Shakespeare. Recuerden su cita al asumir que los periodistas que cubrían el acto incitaban a saludarse a los dos protagonistas despechados. Le grtiaban que estrecharan su mano para las cámaras y ellos dos sonrientes, eludían el gesto: “ Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos“.
El traidor no para. Traicionó a España, a su partido político, al ministro de cultura, los americanos y al “sursuncorda”. Y lo peor que los españoles debemos asumir es que ese poder emergente que se centra en Pablo Iglesias acepte e incorpore a su “ideario” alguno de los consejos de ese gran traidor empeñado en una falsa alquimia social con materia base en el enfrentamiento que tanto daño ha hecho desde que ascendió a los cielos del presupuesto nacional.
Manuel Artero, periodista
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