El 18 de julio de 1994, un coche bomba se estampó en la sede de la AMIA. Dos décadas después de la tragedia en la AMIA de Argentina no hay nadie preso
El fiscal que investiga el ataque terrorista de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) acusó hoy a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, de haber encabezado una estrategia para encubrir a Irán.
Alberto Nisman, fiscal especial de la causa, denunció en un documento que entregó a la justicia, que también son responsables el canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés Larroque y el dirigente social Luis D’Elía, quien suele defender a la república islámica.
El 18 de julio de 1994, un coche bomba se estampó en la sede de la AMIA, ubicada en una céntrica zona comercial de Buenos Aires, dejando un saldo de 84 muertos y centenares de heridos.
La impunidad ha sido el sello del atentado, ya que dos décadas después de la tragedia no hay nadie preso y la causa judicial está empantanada, sin avances sustantivos.
El año pasado, el gobierno reveló que para reactivar la investigación había firmado un Memorando de Entendimiento con Irán a través del cual ese país se comprometía a permitir que los ciudadanos iraníes imputados fueran interrogados en Teherán.
La república islámica incumplió con su parte del acuerdo, lo que le valió duras críticas internas a Fernández de Kirchner por parte de la oposición que trató, en vano, de evitar que el Memorando fuera aprobado en el Congreso.
Ahora, el fiscal Niman sorprendió al asegurar que la presidenta encabezó un «sofisticado plan delictivo» para «decidir, negociar y organizar la impunidad de los prófugos iraníes en la causa AMIA con el propósito de fabricar la inocencia de Irán».
Al pedir la declaración indagatoria de Fernández de Kirchner, Niman afirmó que el gobierno buscó la impunidad total para los acusados iraníes, para lo cual urdió la «maniobra» de la firma del Memorando.
Añadió que las motivaciones «fueron estrictamente económicas» porque «Argentina, necesitada de energía, negociaría con Irán impunidad a cambio de granos y carne».