La Asamblea General Electoral de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) elegirá hoy en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid para al nuevo presidente para los próximos cuatro años
La elección se realiza dentro de los últimos escándalos de corrupción que han salpicado a la patronal.
Ha y dos candidatos el que se presenta a la reeelección, Juan Rosell, y el nuevo candidato y presidente de Cepyme, Antonio Garamendi. Los dos están apoyados por distintos sectores. Según el número de avales presentados, lleva ventaja Rosell con 304 avales frente a los 25 de Garamendi. Ya que el líder de Cepyme se ha limitado a presentar los avales necesarios para poder formalizar su candidatura -20 procedentes de organizaciones distintas- y Rosell ha querido mostrar fuerza.
Rosell ha recibido recientemente el respaldo del Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), es decir, de las grandes empresas.
Por su parte, Garamendi ha recibido el apoyo de organizaciones empresariales como Confemetal, la Confederación Nacional de la Construcción y Confebask. Además, es presidente de Cepyme, que pone sobre la mesa más de 80 vocalías.
Fuentes cercanas al empresario vasco ha insinuado que se están ejerciendo «presiones» sobre el electorado para que apoye a Rosell y ha insistido en la «limpieza» de su campaña.
Rosell y Garamendi acuden a las elecciones con diferentes documentos de propuestas cuyo encabezado marca de entrada dónde pone el acento cada candidato.
El de Rosell se titula CEOE 2015-2018: Futuro y propuestas concretas, en el ánimo de lograr un nuevo mandato que le permita cerrar los proyectos de modernización y de renovación interna iniciados en estos cuatro últimos años.
Garamendi encabeza su programa con el lema De nuevo. Independencia, ética y transparencia, dejando claro que lo que ofrece es la vuelta a la prestigiosa CEOE del pasado.
Los últimos escándalos de corrupción que han salpicado a algunos de sus miembros de la CEOE son; las tarjetas «black» de Caja Madrid en las que estaba implicado el vicepresidente de la CEOE y los cobros ilegales del expresidente de Cepyme, Jesñus Terciado.
Algunas propuestas de ambos
Rosell, al igual que Garamendi, quiere que todas las organizaciones refrenden y se apliquen el código ético y de buen gobierno que ya afecta a la cúpula de la patronal. Sin embargo, su contrincante insiste en que, para empezar, es necesario que este código deje de ser meramente «estético».
Rosell apuesta por «seguir simplificando la estructura» de CEOE, especialmente en el campo administrativo. En este punto, Garamendi no pone límite a las vicepresidencias y quiere más visibilidad para sus miembros, con la idea de que la CEOE esté más presente en la sociedad.
Garamendi ha acusado a Rosell de haber desarrollado una gestión opaca al frente de la CEOE y apuesta por mayor transparencia de cara a los miembros de la Confederación y al exterior también.
Rosell se defiende y dice que se debe debatir en comisiones y órganos de Gobierno todo lo que sea menester, pero que «las decisiones estratégicas, una vez definidas, ni se pueden radiar ni pueden ser asamblearias».
Ambos candidatos creen que es preciso ir más lejos con la reforma laboral y apuestan por un marco de relaciones laborales más flexible. El actual presidente de la CEOE aboga por incrementar el número de horas extraordinarias y al mismo tiempo por potenciar los salarios variables con objetivos definidos.
Su contrincante también es un defensor de la flexibilidad salarial en función de la productividad y, como Rosell, en un escenario inmediato, en plena negociación para renovar el pacto de rentas para los años 2015-2016, apuesta por seguir en la senda de moderación de los salarios.