Nada sorprende. María Chivite lanzó la voz, alta y clara, de que presentaría candidatura a las primarias del PSOE en Navarra y lo hizo con la certeza de que se sabía candidata oficial.
Amanda Acedo vuelve a intentarlo sin la oficialidad que le supondría el respaldo para ganar. Pero nunca se sabe lo que las urnas pueden deparar.
Chivite, sin embargo, está a la altura de unas primarias con dos candidaturas (hasta el momento) y, lejos de intentar conseguir que no se presente su contrincante, pide un debate de candidaturas. Está bien. Para ello, muestra su fuerza con el apoyo nacional y con su estrategia de comunicación y poder. Está presente en todas las redes sociales, se comunica bien, los que trabajan por su candidatura, trabajan bien. Y lo que es muy importante, llega a los medios.
Acedo, por su parte, está callada. Nada se sabe de ella. No sabemos si por silencio mediático (que no es el caso de este periódico) o por falta de estrategia y sí de trabajo.
Sea como fuere, lo que está claro es que Madrid y el nuevo «equipo-Sánchez» apuesta abiertamente por Chivite. Ha sido recién nombrada portavoz del PSOE en el Senado, aparece en fotos con los varones socialistas nacionales… en fin, es la «elegida».
En esta carrera, que la presentan democrática, sería sorprendente, ilustrativo y llamativo que ganara la candidata que no tiene el apoyo del aparato. De momento haber hay dos candidaturas.
Directora NI