

El atleta sudafricano Oscar Pistorius ha sido declarado culpable de «homicidio culposo» (es decir, el que se comete por imprudencia o negligencia), según ha dictaminado este viernes el Alto Tribunal de Pretoria, por haber matado de cuatro disparos a su novia Reeva Steenkamp, en la noche del 14 de febrero de 2013 en el domicilio que ambos compartían. La pena por este delito puede alcanzar hasta los 15 años de cárcel para el velocista, según el código penal sudafricano.
Pistorius, no obstante, ha sido eximido de manera unánime por el tribunal del cargo de asesinato, según la juez Thokozile Masipa, que no ha hallado intencionalidad por parte de Pistorius cuando descargó su arma hasta en cuatro ocasiones contra la puerta del baño donde su novia se encontraba encerrada.
«No puede decirse que (Pistorius) pudiera anticipar que iba a matar a alguien cuando abrió fuego contra la puerta del lavabo», hizo saber la magistrada en la lectura del veredicto.
La juez del caso desgrana este viernes la segunda parte de su veredicto. Antes de declarar a Pistorius culpable del homicidio de Reeva Steenkamp, ha desechado esta mañana dos de los tres cargos por uso de armas que también afrontaba el atleta.
La magistrada ya había descartado este jueves, en la primera sesión, el principal cargo contra Oscar Pistorius, el de asesinato. El atleta fue declarado no culpable de aquella acusación, lo que le salvó de la cadena perpetua. La magistrada Thokozile Masipa consideró que no hay pruebas suficientes para concluir que disparó intencionalmente a su novia Reeva Steenkamp la noche de San Valentín del año pasado.
La víctima falleció tras ser alcanzada por cuatro disparos mientras se encontraba en “una posición defensiva”, con sus manos cubriéndose la cara, según los informes policiales. El velocista, de 27 años, conocido con el sobrenombre de Blade Runner por las prótesis de titanio en sus piernas, siempre ha sostenido que oyó un ruido y creyó que había un ladrón en la vivienda que compartía con su novia, por los que cogió una de sus pistolas y sin encender la luz de la habitación disparó cuatro veces a Reeva, que se encontraba en el cuarto de baño.
Tras evitar la peor de las sentencias con una condena por asesinato, Pistorius se enfrentaba este viernes a la lectura de las conclusiones de la juez sobre el resto de los cargos que pesaban contra él. La atención se ha centrado en su culpabilidad o inocencia por «homicidio culposo» (es decir, el que se comete por imprudencia o negligencia), un cargo que puede implicar una pena de hasta 15 años de cárcel.
Masipa adelantó el jueves, cuando desgranó más de 100 páginas de su veredicto, que considera que el atleta actuó de forma negligente, y se preguntó por qué no llamó a la policía cuando oyó ruidos. «Si la situación hubiera sido distinta, por ejemplo, si [Pistorius] se hubiera despertado con una figura desconocida al lado, quizás habría tenido razón a la hora de abrir fuego, pero este caso concreto, podía haber llamado a la Policía o pedir ayuda», afirmó antes de aplazar la vista hasta este viernes.
La juez, que a lo largo de seis meses escuchó a casi 40 testigos, ha desmontado en su fallo aspectos de las dos versiones enfrentadas, la de la Fiscalía y la de la defensa.
La Fiscalía quería probar que en la noche del 14 de febrero de 2013 el paralímpico había discutido con su novia, que ésta se encerró en el baño huyendo de su ira y que Pistorius disparó contra ella a conciencia. Pero la juez, que en la primera sesión desgranó más de un centenar de páginas de su veredicto, consideró que esa tesis no ha quedado respaldad con pruebas suficientes.
La defensa, por su lado, ha insistido durante el juicio que si el atleta disparó cuatro tiros fue porque creyó que había un intruso detrás de la puerta. Según su versión, la muerte de la modelo fue un trágico accidente. Masipa, sin embargo, advirtió que Pistorius no había sido «honesto», que se había mostrado «evasivo» en sus respuestas sobre lo ocurrido esa noche.
Además de las acusaciones por la muerte de su novia, Pistorius ha afrontado en el juicio otros tres cargos relacionados con el uso de armas de fuego: dos de ellos por disparar en lugares públicos y un tercero por tenencia ilegal de munición. Durante el juicio, su exnovia Samantha Taylor lo describió como “amante de las pistolas” y llegó a asegurar que siempre dormía con un arma al lado de su cama.
El atleta siempre ha sido un gran aficionado a las armas. En diciembre de 2012, el velocista encargó seis pistolas por valor de unos 4.000 euros que nunca llegó a recibir ya que el pedido se canceló un mes después de la muerte de Reeva Steenkamp.
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