Conocida la sorprendente noticia de la abdicación del Rey Juan Carlos I en su hijo, futuro Felipe VI, Navarra vivirá la primera visita de D. Felipe de Borbón, quien todavía es Príncipe y pronto será coronado Rey.
En su visita oficial y programada para la entrega de los premios Príncipe de Viana, como es habitual en este día, emitirá su discurso. Pero este año hay expectación al respecto sobre cómo y qué dirá, ya que no sólo será la “entrega de premio” sino que quizá contenga palabras de aliento político. No estaría mal que fuera en Navarra, cuna de España, dónde el futuro nuevo Rey, con sus palabras haga historia.
En vísperas de esta visita, este año más esperada que nunca, estamos asistiendo a movilizaciones en las calles. Movilizaciones que ya no sólo portan la bandera tricolor de la República o el grito de ¡III República!, sino que están utilizando la violencia en sus actuaciones. Estos críticos y déspotas, manejados por antiguos y nuevos partidos de izquierda, van más allá mostrando el odio y la falta de democracia real con guillotinas y quema de imágenes del futuro Felipe VI.
Sean o no jóvenes, sea cual sea la ideología de estos movilizadores que se autodenominan demócratas, tienen que asimilar que este sistema de Monarquía Parlamentaria, al igual que la propia Constitución, fue aprobado por referéndum en España. La democracia es para todos y de todos y se merece respeto al más puro estilo democrático.
Bienvenido Príncipe de Asturias y Viana. Bienvenido futuro Rey Felipe VI de España.
Directora Navarrainformacion.es
Cada 4 años tenemos elecciones,con que salga un partido que reclame la República con mayoría absoluta ya está todo resuelto y el pueblo es el que habla. Pero dudo muy mucho que eso ocurra. El resto es querer imponerse a los demás.
Las urnas no deben ser las que solamente digan si debe haber república o no. Para eso existe una Carta Magna que dice cual es el sistema político de nuestro país, la monarquía parlamentaria. Mientras eso no cambie, no vale solo que el pueblo opine. Esa es la postura facil de quien desconoce la ley.
Por mi parte me declaro abiertamente monàrquico.