250 muertos para el departamento de medicina en la «complutense». Personas que donaron sus cuerpos para la investigación médica y científica, muertos que se pudren a temperatura ambiente porque, según el director del Departamento y el posterior comunicado de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), no se ha sustituido al funcionario del horno jubilado por culpa de los recortes.
Que en pleno siglo XXI tengamos que participar de esta barbarie, es lamentable del todo. Personas que entregan sus cuerpos post mortem contribuyendo así a la investigación, acaban siendo pasto de los «recortes» y de la podredumbre a temperatura ambiente. Es decir de la política y de la moral o ética.
Una universidad pública, pagada por todos los españoles, una universidad orientada a la investigación, no puede cometer esta barbarie y ser silenciada durante siete años. Es indigno por utilizar la crisis económica y la política como arma de defensa, es indigno para con las personas que han donado sus cuerpos a la investigación, es indigno por el trato otorgado a estos cuerpos porque, desde un punto de vista moral, tienen naturaleza y dignidad humana y, al menos, desde un punto de vista ético porque quienes donaron su cuerpo merecen un respeto y un respeto, también, el derecho y las leyes.
Ni recortes, ni sustitución. Son excusas baladís que no justifican el hecho macabro y falto de dignidad humana. Hecho que requiere una investigación real, veraz y con responsabilidades. Y explicaciones por parte del Rector, señor Carrillo, Ministro de Educación o Gobierno.
Directora Navarrainformacion.es