Hoy los partidos políticos ya están de campaña electoral para las elecciones europeas. Lo que ha antecedido era lo que llaman precampaña. La diferencia es simplemente que ahora es la oficial y entra el “cumplimiento de la ley”. Quince días vamos a “soportar” los españoles esos “y tú más”, el mercadeo de votos en mercadillos, paseos por la calle, tertulias, entrevistas…. En fin, todo lo que corresponde para el momento electoral de rascar votos por doquier.
Ha iniciado la campaña con el vaticinio de las encuestas, que cocinadas o no al albur de los vientos favorables a los dos grandes, preconizan la continuidad y confirmación del bipartidismo. Y no sólo eso, sino que preconizan el aumento de la abstención que beneficia, también, al bipartidismo.
Tanto unas encuestas como otras, con pocas diferencias, coinciden en ello. En la situación actual de corrupción, de pérdida moral y ética en los políticos, de control y poder absolutos del PP y PSOE en todos los ámbitos, estas encuesta estadísticas dejan claro que el votante que no se abstenga no variará su voto de castigo.
Por supuesto que la encuesta real y fiel es el escrutinio el 25 de mayo, pero estas encuestas tratan de cercarse a él. La encuesta del CIS, la que en principio debe destacar por su objetividad e imparcialidad, corrobora lo mismo que las realizadas por los distintos medio de comunicación.
Si se lee bien la encuesta del CIS tiene bastantes rasgos de rigor y fiabilidad, sin embargo, algunas preguntas orientan e inducen las respuestas del encuestado hacia la abstención o el voto fiel.
Se como fuere, si el voto queda tal y como preconizan será que no se cree en la política española, ya que ahora sí hay partidos a los que votar. Pero, sobre todo, indicará que los españoles consideran a todos los partidos iguales, incluidos los minoritarios, y que no depositan en ellos la confianza necesaria para salir de la situación actual y proceder a la limpieza y regeneración políticas.
Directora Navarrainformacion.es