No hace muchos días leíamos el interés de Mas, de su Vicepresidenta y de la Generalitat de Catalunya en general, en que el Ejército español mantuviese sus instalaciones de la Academia General Básica de Suboficiales que el Ejército de Tierra tiene en Talarn. Los alcaldes de las localidades cercanas habían pedido su continuidad debido al alto grado de beneficios económicos que reporta su presencia en las arcas municipales. Mas ofreció entonces su otra cara, la de ‘la pela es la pela’.
Al mismo tiempo, la localidad de Sant Sadurní d’Anoia, con el visto bueno de la Generalitat, ha considerado colocar una placa en la fachada de su casa consistorial en la que se podrá leer: “En este ayuntamiento se iza la bandera española por imperativo legal”. Este pequeño municipio barcelonés no es un municipio cualquiera. Se trata de la ‘capital del cava’. Un pueblo de no más de 15.000 habitantes que viven principalmente del cultivo de la vid y del comercio de su fruto embotellado, el cava.
¿Volverá Mas a ‘dar la cara’ por ‘la pela’? ¿Habrá un boicot generalizado en España y en otros países por tal bravuconada independentista? ¿Con qué nos va a salir ahora el honorable president? ¿Qué será lo próximo?
¿Qué pasaría si una gran empresa automovilística con fábrica central en Martorell, Barcelona y El Prat de Llobregat sufriese las consecuencias? ¿Qué pasaría si esa gran marca de coches se fuese a Cuenca, a León o a Ciudad Real?
La espiral del delirio está tomando tintes peligrosos y las respuestas del pueblo, con boicot organizado o no, son libres e imprevisibles. No hay que olvidar que existen otras áreas geográficas con caldos burbujeantes muy competitivos, o mejores, sin tener que salir del propio territorio nacional y que también la oferta es amplia y variada en el mercado automovilístico. Y además, los precios también son muy competitivos, o mejores. Y en los tiempos que corren ahora más, Mas.
La pela es la pela, para los catalanes y para todos.
Redacción Navarra Información.
