Sorprenderá enormemente la decisión del gobierno catalán quien, por segunda vez (la primera fue en 2012), solicita que el Ejército no se vaya de Cataluña. Esta vez lo hace en nombre de los alcaldes de las localidades donde se encuentra la Academia General Básica de Suboficiales que el Ejército de Tierra tiene en Cataluña, en Talarn.
Aquello de “la pela es la pela” que, en el argot popular, se utiliza para describir el carácter catalán, tiene su base bien fundamentada. Lejos de la verdad histórica, del secesionismo soberanista siempre segregado de España, está el masivo dinero que España entrega a Cataluña en lugar de intervenirla económica y políticamente, y está también conservar todo lo “español” que les genere dinero y riqueza.
Y no es baladí, no hay más que comprobar que fue el propio Mas quien solicitó, después de la Diada, que no se retirara al Ejército y ahora lo hace su Vicepresidenta. Y lo hace en nombre de alcaldes, que no son “fachas españoles” sino republicanos de izquierdas y de CIU, pero que solicitan a su Gobierno continuar con la fuente de ingresos que supone esta Academia.
Estamos inmersos en el ridículo más absoluto.
Directora