El albergue turístico de Jesús y María atenderá a los peregrinos que pasen por Pamplona durante todo el año, excepto del 24 de diciembre al 15 de enero y del 5 al 15 de julio en que permanecerá cerrado. La Junta de Gobierno Local ha aprobado esta mañana la adjudicación de la gestión de este recurso municipal en cuyo expediente para la concesión administrativa se señalaba que debía permanecer abierto como mínimo desde el sábado anterior al jueves de Semana Santa hasta el 30 de octubre. A la concesión sólo podían presentarse Centros Especiales de Empleo sin ánimo de lucro (CEE) y Centros de Inserción Sociolaboral (CIS). La adjudicación se ha realizado a favor de la Fundación Aspace para el Empleo con un canon anual de 6.000 euros. En el albergue trabajarán al menos 7 personas, 2 responsables de turno y 5 personas de mantenimiento, limpieza y recepción.
El expediente de adjudicación recogía que, por primera vez, el albergue sería exclusivamente para el alojamiento de peregrinos desde el 1 de mayo al 30 de septiembre, sin posibilidad de reserva previa; sin embargo, fuera de esas fechas permitía la reserva de plazas a turistas que estén visitando la ciudad y que no realicen el Camino de Santiago. Al igual que hasta ahora, del 1 de mayo al 30 de septiembre no se admitirán reservas previas y las plazas disponibles se ocuparán según vayan llegando los peregrinos.
Entre los criterios de valoración se encontraban las tarifas presentadas, que de acuerdo a lo presentado por la empresa adjudicataria han quedado fijadas en 8 euros para peregrinos, 12 euros para turistas, 10 euros para grupos y 8 euros para menores de 12 años. Además, se ofrecerán servicios auxiliares como alquiler de sábanas y mantas por 2 euros, de toallas por otros 2 euros y de taquilla por un euro.
El albergue permanecerá abierto de lunes a domingo de 12 a 23 horas. Dispone de 112 camas y diverso equipamiento para hacer más cómoda la estancia como lavadoras y secadoras, cocina y comedor, servicio de internet y zona de estar. En su distribución se ha mantenido íntegro el espacio que fue de culto, habilitando entre los pilares de las naves laterales unos módulos de madera, a dos niveles, en los que se ubican los dormitorios de manera que las habitaciones y zona de estar no son estancias independientes sino que hay una gran estancia común.
