El Ministerio del Interior está adaptando el despliegue de la Guardia Civil al inminente final de ETA. La última decisión de la cartera que dirige Jorge Fernández Díaz ha sido encomendar a la sección del Instituto Armado especializada en la lucha contra la banda terrorista, los Grupos de Acción Rápida (GAR), la labor de protección de embajadas y otros edificios españoles en el extranjero, una función que hasta ahora desempeñaba una unidad destacada en Sevilla que ha sido completamente disuelta. La decisión se tomó el pasado 13 de febrero y fue publicada en el Boletín Oficial interno de la Guardia Civil el 25 de febrero escondida en una disposición general más amplia que afectaba a toda la Agrupación de Reserva y Seguridad (ARS), el grupo antidisturbios.
La decisión implica la extinción de la Compañía de Reserva y Acción Exterior (CRAEX), la unidad creada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2009 para responder específicamente a emergencias de seguridad en el extranjero. Estaba integrada por unos 110 efectivos y formaba parte del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) número 2 con base en la capital andaluza. Entre otros destinos, la Craex ha sido desplegada durante su corta existencia en Israel para ofrecer seguridad a las representaciones diplomáticas de España, y en Afganistán y Bosnia en el marco de misiones internacionales de paz.
Hasta la constitución de la Craex en 2009, esas funciones de protección las realizaban agentes de todas las unidades de la Guardia Civil a título individual tras conseguir la plaza. Los GAR también han participado en misiones internacionales en estos últimos años pero, oficialmente, su función era luchar contra la actividad de ETA. A partir de ahora, serán los únicos que participen en misiones en el extranjero y esta nueva función pasará a formar parte de su cuadro de competencias.
Según un portavoz oficial de la Dirección General de la Guardia Civil, los agentes de este grupo han sido elegidos para esa labor porque son los mejor preparados. Desde su creación en 1982, sus miembros han conseguido detener a más de 340 personas vinculadas con la banda y han desmantelado decenas de comandos. Manejan armamento pesado como ametralladoras, lanzacohetes y morteros y destacan por su excelente condición física.
Pero el principal motivo que se esconde tras su elección para desplazarse al extranjero es la progresiva desaparición de su actual enemigo. Fernández Díaz ha rechazado públicamente una y otra vez que se plantee acometer el repliegue de Fuerzas de Seguridad del Estado en el País Vasco que reclaman ETA, la izquierda abertzale y el Gobierno autonómico del PNV. Sin embargo, la derrota de la banda terrorista, que apenas cuenta en estos momentos con una quincena de miembros en activo, obliga a Interior a replantearse el futuro de los GAR en un contexto de continuo descenso de la plantilla de la Guardia Civil por las restricciones presupuestarias. La Dirección General ha encontrado esta salida para su unidad de élite.
Con todo, los casi 300 integrantes de los GAR seguirán teniendo como base el acuartelamiento de Logroño y por ahora seguirán teniendo entre sus cometidos la lucha contra ETA. De hecho, ni siquiera es aún oficial que la labor que hasta el momento desarrollaba la Craex vaya a ser transferida a las GAR, aunque fuentes oficiales de la Dirección General de la Guardia Civil han confirmado a este diario que la decisión ya está tomada.
Los primeros integrantes de los GAR en dejar el País Vasco no tardarán en irse. El Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes el envío de hasta 25 efectivos de la Guardia Civil a la República Centroafricana en el marco de la misión de paz que ha puesto en marcha la UE en ese país, y los agentes seleccionados para participar en ese despliegue serán de los GAR, según confirma la propia Dirección General del Instituto Armado.
