

Los empresarios son alérgicos al proceso soberanista catalán, más aún a implicarse como parte activa en el mismo. Así lo ha explicado esta mañana con total normalidad el presidente de la CEOE, Juan Rosell, que ha señalado que los empresarios no están para «hacer política».
En los mismos términos se ha expresado Joaquim Gay de Montellà, presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo, respondiendo así al presidente catalán Artur Mas, que la pasada semana reclamaba a la clase empresarial no solo un apoyo tácito al proceso sino su implicación directa en él.
La respuesta de ambos dirigentes supone un nuevo revés al proceso soberanista emprendido por CiU y ERC, precisamente en uno de sus flancos más sensibles, el de la economía. Así, y tras desmarcarse de la oleada independentista, Rosell y Gay de Montellà han vuelto a reclamar a la Generalitat y al Gobierno que se avengan a negociar, reconociendo que en Cataluña existe «un problema social, económico y político que no se puede dejar pudrir».
En este sentido, Gay de Montellà ha vuelto a levantar la bandera del pacto fiscal (una nueva fórmula para la financiación de Cataluña), la reivindicación tradicional de los empresarios catalanes, junto a inversiones en infraestructuras pendientes, como son los accesos a puerto y aeropuerto, la mejora de Cercanías, el Cuarto Cinturón o la N-2, entre otros aspectos.
Como conclusión, ambos dirigentes han destacado que la clase empresarial está no para hacer política, si no para generar riqueza y ocupación.