Hoy se cumple un año desde que el Papa Benedicto XVI tomará la decisión drástica e inhabitual de renunciar a su pontificado. Esta renuncia en vida no significa que la Iglesia tenga dos papas, sino que él es nuestro Papa emérito.
Allá quedaron las críticas positivas y negativas ante una decisión de este calibre, allá quedaron las críticas constructivas o no. Lo que sí existió y existe es una renuncia digna, libre, responsable y llena de amor, una renuncia de un Papa que, con humildad y dignidad ante el mundo, dice que no está en la disposición que merece un cargo como éste.
Guste o no guste la decisión que hace un año tomó Benedicto XVI, es una decisión que ha hecho mella en la Iglesia, es una decisión que ha hecho mella en los católicos y es una decisión que no deja a la Iglesia sin guía.
Tenemos al Papa emérito y tenemos al Papa Francisco. La Iglesia está fuerte.
Directora Navarrainformacion.es