La Infanta Cristina, tranquila serena y sonriente, ha declarado durante cinco horas, aunque con un 95% de evasivas y sin responder nada a la acusación popular
Durante el proceso se han presentado centenares de facturas y tickets de gastos personales cargados a su empresa Aizoon, de la cual son propietarios al 50% la Infanta y su marido Iñaki Urdangarin. Sin embargo ha asegurado en su declaración que desconocía que hubieran sido sufragados de forma directa por esta sociedad compartida por el matrimonio.
La Infanta también ha dicho desconocer que la utilización de su tarjeta VISA de Aizoon, supusiera algo irrregular. Pagos que según documentos presentados ascienden a 698.824 euros que los Duques destinaron desde su sociedad a gastos estrictamente particulares
Durante su declaración ha utilizado la llamada “teoría del amor” “confiaba en mi marido”, no sabe por qué firmo el contrato de arrendamiento del palacete», “no sabía que había una empresa”, empresa que figuraba al 50%.. Así mismo, ha utilizado un 95% de las respuestas con evasivas como “no sabe no contesta” así como se ha acogido varias veces a “su derecho a no declarar”.
Manos Limpias en sus declaraciones a la salida del juicio y como acusación particular, ha trasladado a la sociedad su malestar por que la Infanta no se ha negado a responder, cuando la acusación particular es la voz “de la sociedad española”, según la propia abogada de Manos Limpias. Ha reconocido que la declaración ha sido «muy exigente», pero ha lamentado que la hija del Rey haya respondido siempre «con evasivas», lo que, en su opinión, «evidencia el absurdo que se está viviendo».
Por ello, ha destacado que en su opinión se está intentando «salvar a la Infanta a toda costa, aunque se tenga que sacrificar a otro», ha aseverado al explicar que Urdangarin podría servir de «cortafuegos».
Delgado, abogada de Manos Limpias, ha informado de que la Infanta ha pasado «malos momentos» durante su declaración, pese a «haber tenido una preparación bastante importante». Asimismo, se ha limitado en decir «no sabe no contesta» y «tenía toda la confianza en mi marido», y que esas han sido «el 90 por ciento de las respuestas».
También otras fuentes judiciales han reconocido que la Infanta Cristina ha mostrado “síntomas de falqueza” y que Doña Cristina «está haciendo el papelón de su vida» al «hacerse pasar por tonta» ya que muchas de las preguntas han sido contestadas con un «no sabe, no contesta» y porque ha repetido en varias ocasiones que «confiaba plenamente en su marido».
