También se ve en temas de importancia social o urbanística, la capacidad de toma de decisión del político o partido al que pertenece el político. El Ayuntamiento de Burgos, del PP, elegido con mayoría absoluta, dio inicio a las obras de un Bulevar. Con inmediatez, radicales utilizaron la calle y el comportamiento incívico y, lamentablemente, violento contra la construcción de este Bulevar.
Lejos de que se pueda o no estar a favor de ésta obra, hay que decir que un partido elegido democráticamente por los ciudadanos de Burgos, no puede someterse al albedrío radical y violento y, menos aún, debe decir que no continua las obras para luego decir que sí y finalmente decir que no. La violencia no puede obtener el pago de conseguir con sus actos aquello que persigue y, menos aún, que ello sea entregado por la estrategia partidista de quien en ese momento gobierna.
No se sabe si el Alcalde habrá sido instado por la “alta esfera” de su partido (PP) o habrá sido una decisión propia. Sea como fuere, este comportamiento del Ayuntamiento, Alcalde y PP, ofrece a la sociedad española la duda y el interrogante. ¿Quizá haya algo más allá de ese sí, pero no, pero sí? ¿Algo que pretenden “callar” renunciando a la construcción de un Bulevar que puede estar “malherido” de corrupción política y empresarial?.
Directora de Navarrainformacion.es