Lakasta sostiene que el perfil de personas con necesidad de vivienda municipal es más complejo y variado que el recogido en el borrador de la Ordenanza
Nafarroa Bai ha propuesto a la dirección del área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Pamplona “ampliar el perfil de usuarios de las viviendas municipales que se prevén en el borrador de Ordenanza de Utilización de Viviendas Municipales”.
El concejal de Nafarroa Bai, Aitor Lakasta, explica que “en el borrador solo se contemplan las familias que han perdido su vivienda por la crisis económica, sin embargo las necesidades de vivienda son mucho más variadas y complejas, tal y como puede comprobarse en las Unidades de Barrio de nuestra ciudad”.
Lakasta explica que “desde Nafarroa Bai consideramos necesario destinar un porcentaje de las viviendas para ser compartidas por personas solas, con independencia de su situación administrativa”. En este sentido propone “establecer como requisito un año como período mínimo de residencia en Pamplona y el perfil de las personas que compartirían piso seguiría los criterios marcados por los Servicios Sociales de Base (nacionalidad, idioma, religión u otras características personales), con el objetivo de facilitar la convivencia”. “Las normas de convivencia de estas viviendas serían supervisadas por el trabajador social de referencia y formarían parte del itinerario de inserción planteado por el profesional asignado en la Unidad de Barrio”, sostiene el edil.
Asimismo, el concejal de Nafarroa Bai señala que “sería conveniente incluir en el perfil de destinatarios también a las familias con la que ya están trabajando los Servicios Sociales de Base en procesos de incorporación social, capacitación parental y trabajos educativos”. Además la coalición propone “destinar una vivienda a usuarios del Centro de Atención a Personas sin Hogar, como recurso previo al acceso normalizado de vivienda”.
Por último, Nafarroa Bai plantea también “destinar una de las viviendas a jóvenes de 18-19 años con los que se ha trabajado en el Programa de Infancia y que carecen de soporte familiar, por lo que se ven obligados a emanciparse sin disponer de los recursos necesarios”. “La falta de vivienda podría suponer en estas personas un claro riesgo de exclusión, que llevaría a perder el trabajo previo llevado a cabo en el Programa de Infancia”, finaliza Lakasta.
Nota de Geroa Bai
