
Navarra ha sido partícipe de otro caso más de enaltecimiento del terrorismo, esta vez se ha vivido en Pamplona, en Navarrería. Luis Goñi, el que fue condenado por el Tribunal Supremo (TS) a seis años de cárcel por pertenecer a la organización terrorista Segi, aparece en Pamplona escoltado por un grupo numeroso de personas afines con el único fin de impedir que, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, lo detuvieran para cumplir la sentencia del TS.
La construcción de ese “muro humano”, el comunicado del condenado arropado por los “suyos” ha tenido su efecto. Algo tan sencillo como… sentencia y cumplimiento de la pena, ha pasado a ser, por arte de magia minuciosamente calculada, primera portada, noticia principal y relevante. Una vez más, les ha servido su estrategia premeditada y organizada para hacer ruido mediático.
La Delegada del Gobierno de Navarra ha cumplido perfectamente su responsabilidad de mantener el orden, la seguridad y el cumplimiento de la Ley. De ahí que, el propio condenado a cárcel por pertenencia a organización terrorista, arremetiera personal y directamente contra ella.
Estamos inmersos en un “proceso”, cuando menos tan llamativo como espeluznante. A De Juana Chaos se la sacó de la cárcel con 25 asesinatos a sus espaldas porque hizo huelga de hambre, a Bolinaga por ser enfermo terminal, cuando la realidad es que lleva más de un año disfrutando de la vida en libertad y a otros no se les localiza. Todos estos hechos, que todavía hoy conmueven a la sociedad porque las “víctimas del terrorismo” están sufriendo y padeciendo estos agravios, están consiguiendo anestesiarla, hasta el punto de callar y arrinconar cualquier tipo de reacción.
La verdad es que no ha existido ningún conflicto, ninguna lucha entre dos bandos. Aquí ha matado, ha extorsionado y ha violentado una parte, una parte envuelta en el denominador común que es ETA. Y la justicia tiene que impartir justicia, de forma que tanto los asesinos como quienes extorsionan, colaborar o pertenecen a banda u organización terrorista deberán cumplir la pena que se les imponga.
Directora Navarra Información
Habría que preguntarse que pasaría si existiera la cadena perpetua para actos de terrorismo o no hubiera rebajas en pena de cárcel para estos individuos por sus «buenos actos» mientras cumplen condena.
Para las personas que matan o son cómplices de asesinatos no debería haber consideración ninguna. El estado en estos momentos con su blandura hace que todos estos personajes se crezcan y cada día sean más.